Córdoba
No podíamos dejar pasar estos repasos veraniegos para volver a insistir en el especial cuidado que debemos tener ante la oleada de estupideces y mentiras interesadas que se llega a leer en redes sociales y con ello la epidemia de desinformación que se está contagiando a tanta velocidad como la COVID-19.
We could not let these summer reviews go by without once again insisting on the special care that we must take in the face of the wave of stupidity and self-interested lies that are read on social networks and with it the epidemic of disinformation that is spreading as fast as COVID-19.
De aplausos, bulos e iluminados
En la actual crisis sanitaria producida por el coronavirus SARS-CoV-2, como agente etiológico del cuadro clínico denominado COVID-19, existen una serie de variables científicas que las autoridades sanitarias a nivel mundial se apresuran a despejar lo ante posible ante la inesperada ecuación puesta sobre la mesa.
Applause, fake news and enlightenment
In the current health crisis produced by the SARS-CoV-2 coronavirus, as an etiological agent of the clinical picture called COVID-19, there are a number of scientific variables that health authorities worldwide are rushing to clear up as soon as possible in view of the unexpected equation put on the table.
A nivel de la población general, hay otras consideraciones a tener en cuenta. De una parte, la enorme admiración de la ciudadanía por unos sanitarios que se están entregando hasta mucho mas allá de lo que cualquiera que no conozca el ámbito sanitario pudiese esperar, lo que se traduce en los simbólicos homenajes en forma de aplausos diarios. Esta iniciativa comenzó con una movilización popular en redes sociales, iniciada en Italia, que ha terminado por ser un reconocimiento que se está produciendo de manera diaria en varios países del mundo. Nada que objetar por parte de el médico no asistencial que les escribe, siempre y cuando todos aquellos que aplauden cargados de admiración y agradecimiento, recuerden y se les quede grabada a fuego en su memoria, la entrega y profesionalidad demostrada por el personal sanitario durante los malos momentos vividos, una vez se acaben. Esperamos de corazón, que tras este periodo de crisis, no se repitan las agresiones a sanitarios, o no se achaquen al personal sanitario los tiempos de consulta en atención primaria, las listas de espera o los medios materiales con los que se atienden las necesidades sanitarias de la ciudadanía, por poner algunos ejemplos. Desgraciadamente, es un defecto muy común explotar contra el personal que hoy aplaudimos, cuando el usuario se encuentra frustrado con la administración sanitaria que nuestra clase política nos “ha regalado” no dejando de recortar dotaciones a costa de “reventar” a los buenos profesionales con los que cuenta.
At the level of the general population, there are other considerations to be taken into account. On the one hand, the enormous admiration of the citizens for health services that are being delivered far beyond what anyone who does not know the health field could expect, which translates into the symbolic tributes in the form of daily applause. This initiative began with a popular mobilization in social networks, initiated in Italy, which has ended up being a recognition that is taking place daily in several countries of the world. There is nothing to object to on the part of the non-healthcare doctor who writes to them, as long as all those who applaud, charged with admiration and gratitude, remember and have the dedication and professionalism shown by the healthcare personnel during the bad times they have lived through, once they are over. We sincerely hope that, after this period of crisis, the attacks on health workers will not be repeated, or that the times of consultation in primary care, the waiting lists or the material means with which the health needs of citizens are attended to, to give just a few examples, will not be attributed to the health workers. Unfortunately, it is a very common defect to exploit against the staff that we applaud today, when the user is frustrated with the health administration that our political class has «given us» not stopping cutting provisions at the expense of «blowing up» the good professionals they have.
La otra observación a nivel de calle que nos llama poderosamente la atención es la equiparable contagiosidad que tienen los bulos en relación a la enfermedad. ¿Por que se hacen tan virales las barbaridades que se llegan a leer en redes sociales?, lo que nos lleva a otra pregunta aun mas amarga, ¿por que a la ciudadanía le cuesta tanto creer a las autoridades sanitarias, que son en última instancia quienes nos ofrecen información veraz y contrastada según la evidencia científica existente?
The other observation at street level that calls our attention is the comparable contagiousness of hoaxes in relation to the disease. Why have the barbarities that are read on social networks become so viral, which leads us to another even more bitter question: why is it so hard for citizens to believe the health authorities, who are ultimately the ones who offer us true and contrasted information according to existing scientific evidence?
Se nos ocurren algunas cuestiones pedagógicas que no vienen al caso. Tal y como mencionaba el Dr. Díaz en el articulo Actualización del tratamiento en las infecciones por COVID-19, son enervantes algunas cuestiones en relación a la gestión de la crisis. Nos gustaría que quede muy claro, que las actitudes reprobables vienen de todos los lados donde interviene un profesional de la política. Es evidente que los responsables de la actual gestión sanitaria, se están equivocando en algunas cuestiones, lo que es normal ante una situación nueva que no estaba prevista ni en los peores escenarios imaginables, y por ello tendrán que responder, pero cuando toque hacerlo. No podemos pedir que paren de trabajar para dar explicaciones de tipo político. Del lado opuesto, parece deleznable que aquellos que tan solo se dedican a observar y hacer notar los fallos detectados, desde el confinamiento de sus casas, estén intentando sacar tajada política para estar bien situados una vez se de el pistoletazo de salida para una carrera en la que, sin duda, nada será igual que antes de que este virus nos haya hecho tomar conciencia de que el presunto dominio del hombre sobre la naturaleza, no es mas que una ilusión.
We can think of some pedagogical questions that are not relevant. As mentioned by Dr. Diaz in the article Treatment update on COVID-19 infections, some questions regarding the management of the crisis are enervating. We would like to make it very clear, that reprehensible attitudes come from all sides where a professional politician is involved. It is clear that those responsible for current health management are making mistakes in some areas, which is normal in the face of a new situation that was not foreseen even in the worst imaginable scenarios, and therefore they will have to respond, but when it comes time to do so. We cannot ask them to stop working to give political explanations. On the opposite side, it seems contemptible that those who only dedicate themselves to observe and make note of the detected failures, from the confinement of their houses, are trying to take political advantage in order to be well placed once the starting gun is fired for a race in which, without a doubt, nothing will be the same as before this virus made us realize that the supposed domination of man over nature, is nothing but an illusion.
Dicho ésto, pero al hilo de la falta de fe de la gente de a pie en sus representantes públicos, no queremos dejar de comentar un asunto que a titulo personal nos parece de una importante gravedad. Hace escasos días, la Comisión Deontológica de la Organización Médica Colegial, publicaba un documento en el que el deber del médico es atender al paciente como prioridad absoluta aunque ello suponga un riesgo personal. En dicho documento, se desgranan una serie de artículos en los que se argumentan los motivos por los cuales los médicos deben seguir atendiendo casos aun sin equipos de protección individual, incluso a costa de su propia vida, incluso bajo penas contempladas en el Código Penal vigente en España.
Having said that, but in view of the lack of faith of ordinary people in their public representatives, we do not wish to fail to comment on an issue which, in our personal opinion, is of great gravity. A few days ago, the Deontological Commission of the Collegial Medical Organisation published a document in which the duty of the doctor is to attend to the patient as an absolute priority, even if this involves a personal risk. In this document, a series of articles are outlined in which the reasons why doctors must continue to attend to cases even without individual protection equipment, even at the cost of their own lives, and even under the penalties contemplated in the current Spanish Penal Code, are explained.
Evidentemente, la reacción social ante tales afirmaciones fue muy considerable y la propia Organización Médica Colegial, tuvo de corregirse y publicar, por la vía de las redes sociales, una puntualización en la que afirmaban que “el médico no debe ser ni héroe ni mártir, lo que debe es ser un buen profesional”. El resumen de la situación creada y la posterior rectificación, pueden leerlo en el artículo La OMC puntualiza: “El médico no debe ser ni héroe ni mártir”, publicada en Diario Médico (requiere registro). Lejos de apaciguar los ánimos de lo que solo eran unos pocos médicos ofendidos en redes sociales, rápidamente los propios Colegios de Médicos se sumaron al rechazo generalizado ante las cuestionables afirmaciones de la Comisión Deontológica de la organización que aglutina los propios Colegios de Médicos.
Evidently, the social reaction to such affirmations was very considerable and the Medical College Organization itself, had to correct itself and publish, by means of social networks, a statement in which they affirmed that «the doctor must be neither a hero nor a martyr, what he must be is a good professional». The summary of the situation created and the subsequent rectification can be read in the article The WTO points out: «The doctor should be neither a hero nor a martyr», published in Diario Médico (requires registration). Far from appeasing the spirits of what were only a few doctors offended on social networks, the Medical Associations themselves quickly joined the general rejection of the questionable statements of the Deontological Commission of the organization that brings together the Medical Associations themselves.
¿Y que se ha conseguido con todo esto?…. Pues justo lo que se imaginan, estimados lectores. Han conseguido fácilmente que la ciudadanía confíe aun menos en las autoridades sanitarias, una parte de las cuales han puesto a los pies de los caballos a todos aquellos a los que salimos a aplaudir todos los días a las ocho de la tarde.
And what has all this achieved?… Well, just what you can imagine, dear readers. They have easily managed to make the public trust even less in the health authorities, some of whom have put at the feet of the horses all those of us who go out to applaud every day at eight o’clock in the evening.
What are the consequences of this loss of confidence? More fertilizer for the cultivation and expansion of medical hoaxes.
¿Consecuencias de esta pérdida de confianza? Mas abono para el cultivo y expansión de bulos médicos.
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