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Ictus en jovenes: una nueva realidad social



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Stroke in young people: a new social reality

La presentación de un ictus entre los jovenes no es una entidad rara, ya no podemos decir que el ictus o Accidente cerebro-vascular (ACV) sea una entidad clínica de los ancianos.Esta es la segunda causa de muerte en el mundo, sin embargo su incidencia y prevalencia varía de unas regiones a otras. El ACV puede ser isquémico, como consecuencia de la obstrucción trombótica de algunas de las ramas de las arterias cerebrales o puede ser hemorrágico, como consecuencia de la rotura de alguno de estos vasos, en concreto, en la mayoría de los casos en el marco de un cuadro de hipertensión arterial. Como consecuencia de estas lesiones, si el sujeto sobrevive, suelen producirse cuadros incapacitantes o invalidantes en los sujetos que lo sufren, ocasionando graves cargas económicas y sociales.

The presentation of stroke among young people is a rare entity, we can not say that the stroke or cerebrovascular accident (CVA) is a clinical entity of the elderly. This is the second cause of death worldwide, but its incidence and prevalence varies from region to region. Ischemic stroke may be as a result of thrombotic blockage of some of the branches of the cerebral arteries or be bleeding as a result of breakage of any of these vessels, in particular, in most cases under a picture of hypertension. As a result of these injuries, if the subject survives, often disabling or incapacitating tables occur in subjects who suffer, causing serious economic and social burdens.

Según publica la revista The Lancet en un artículo esta misma semana, «Global and regional burden of stroke during 1990—2010: findings from the Global Burden of Disease Study 2010», la presentación de accidentes cerebro-vasculares ha evolucionado en los últimos 20 años hacia una mayor incidencia entre los jovenes. En este estudio se analizan las publicaciones realizadas entre 1990 y 2010 en el mundo, en concreto se registran 119 estudios (58 correspondientes en países desarrollados y 61 en países menos desarrollados) en el que se han calculado la incidencia general de ictus, la prevalencia, las muertes, la supervivencia y los días de discapacidad por año de vida.

Entre los resultados se ha apreciado como en los países desarrollados ha disminuido el total de ACV en un 12%, mientras que en los países menos desarrollados se ha producido un aumento del número de estos cuadros en un 12%, sin embargo la mortalidad por estos cuadros ha disminuido en un 37 y un 20% respectivamente. En relación a lo anterior el número de supervivientes tras un ictus ha aumentado en un 46% y en un 52% en países desarrollados y subdesarrollados.

Asociado a lo anterior se recoge en este estudio que el número de días perdidos por discapacidad en relación a los años de vida vemos como al haber un mayor número de supervivientes tras este proceso, estos quedan con secuelas neurológicas que le impiden realizar sus tareas habituales y vemos como han aumentado en un 16% en países ricos y en un 77% en los países pobres, lo que supone un aumento de la carga social que se deben destinar a estas personas.

Sin embargo el dato que más llama la atención de este estudio es que el 31% de los ACV ocurren en niños (menores de 20 años) o en jovenes y adultos jovenes en edad laboral (entre 20 y 64 años), de los que entre un 78 y un 84% de ellos pertenecerían a niños y jovenes de países subdesarrollados. Según estas cifras aproximadamente 83.000 menores de 20 años sufren un ictus al año.

Por último el estudio nos llama la atención que estas cifras de incidencia y prevalencia de ictus se duplicará en el año 2030, con las graves complicaciones que ello acarreará.

¿Cuáles son los motivos de este aumento entre los jovenes de la incidencia de ictus? Detrás de estas cifras podemos encontrar las malformaciones congénitas que favorecen los daños en las arterias cerebrales, sin embargo esto ha existido desde siempre, así que podemos dar mayor importancia a los malos hábitos de vida. Los principales factores de riesgo para el ictus serían las tasas de colesterol elevado desde edades muy tempranas, el sedentarismo de nuestros jóvenes, la obesidad, el consumo de tabaco y alcohol a edades muy tempranas, la hipertensión arterial y la diabetes. Además deberíamos añadir a todos estos factores el consumo de drogas, tóxicos que también pueden influir en el aumento de casos en población más joven. Sobre todo el consumo de cocaína, cannabis y otras drogas psicoestimulantes derivadas de las anfetaminas. En menor medida el estres es un riesgo que también podría influir aunque este es más subjetivo y dificil de evaluar.

Además de lo grave del descenso de la edad de presentación de los ictus, lo más importante que podemos sacar de este estudio es la carga para la sociedad que supone que sujetos en edades productivas se vean limitados en sus tareas, ya que al descender la mortalidad por estos cuadros y aumentar la sobrevivencia, ocasionan una importante carga económica, no solo por los gastos médicos y sociales que acarrea sino por el importante número de horas productivas perdidas.

Desde amplia-mente.com queremos hacer un llamamiento a todos nuestros lectores de lo importante que sería cambiar nuestros hábitos de vida para evitar cuadros que cada vez se presentan con mayor frecuencia entre nuestros jovenes, con las importantes repercusiones sociales, sanitarias y económicas que esto supone.

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