La amenaza
La relación médico paciente es uno de los pilares fundamentales en el ejercicio de la medicina. En cualquiera de las ramas de la ciencia médica en la que hay un interacción entre una persona que tiene un problema de salud de cualquier índole y otra persona que atiende su demanda, se debe establecer una relación de confianza mutua que asentará los cimientos del acto médico.
Aggressions to doctors, size matters
The patient medical relationship is one of the fundamental pillars in the practice of medicine. In any of the branches of medical science in which there is an interaction between a person having a health problem of any kind and another person who meets their demand, a relationship of mutual trust must be established that will establish the foundations of the medical act.
Pero como en todas las modalidades de las relaciones humanas, existen momentos y situaciones en las que la surgen tensiones en forma de comportamientos agresivos por parte de pacientes maleducados, pesados o ciertamente hostiles hacia el médico con el que están tratando. Indudablemente cualquier trabajo en el que el ambiente laboral no sea el adecuado, puede verse mermado en términos de eficiencia, eficacia o confort; y la práctica médica no es ajena a esta situación.
But as in all modalities of human relations, there are times and situations in which tensions arise in the form of aggressive behavior on the part of rude or certainly hostile patients towards the doctor with whom they are dealing. Undoubtedly any work in which the work environment is not adequate, can be reduced in terms of efficiency, effectiveness or comfort; And medical practice is no stranger to this situation.
Un interesante experimento reflejado en el artículo Rudeness and Médica Team Performance, publicado en la edición online de Pediatrics, refleja que unos padres maleducados, enfadados y despectivos llegaban a inquietar a los equipos médicos estudiados hasta el punto de afectar a la calidad de las decisiones médicas en un contexto de emergencias simuladas atendidas por equipos médicos de una unidad pediátrica de cuidados intensivos.
An interesting experiment reflected in the article Rudeness and Medical Team Performance, published in the online edition of Pediatrics, reflects that rude, angry and derogatory parents came to disturb the medical teams studied to the point of affecting the quality of medical decisions In a context of simulated emergencies treated by medical teams of a pediatric intensive care unit.
La exposición experimental a una actriz que ejercía de madre enfadada que no paraba de amenazar y cuestionar las decisiones médicas que se iban tomando, dio lugar a variaciones respecto a como equipos con distinto grado de desensibilización a este tipo de comportamientos tomabas sus decisiones profesionales y se pudo comprobar como los equipos no sensibilizados o entrenados ante este tipo de comportamientos rendían peor que el grupo de control no sometido a la situación estresante.
The experimental exposure to an actress who exercised an angry mother who did not stop threatening and questioning the medical decisions that were being taken, led to variations regarding how teams with different degrees of desensitization to this type of behavior took their professional decisions and were was able to verify how the teams not sensitized or trained before this type of behaviors yielded worse than the control group not subjected to the stressful situation.
El estudio revela la necesidad de entrenamiento como parte de la formación del médico para una correcta gestión de este tipo de situaciones. Evidentemente no siempre la situación que crea la tensión en la relación se debe exclusivamente a un mal comportamiento del paciente, llegando los autores a la conclusión de que en determinados momentos pequeñas desatenciones como faltas de información durante horas en las salas de espera de familiares de pacientes pediátricos, son oportunidades perdidas para establecer una correcta relación médico paciente que redundan en un beneficio para ambas partes.
The study reveals the need for training as part of the learning of the doctor for a correct management of this type of situations. Obviously not always the situation that creates the tension in the relationship is due exclusively to a bad behavior of the patient, arriving the authors to the conclusion that in certain moments small inattentions like lack of information during hours in the waiting rooms of relatives of patients Pediatric, are lost opportunities to establish a correct patient doctor relationship that result in a benefit for both parties.
Llegados a este punto, podríamos preguntarnos, ¿tratan por igual los mismos pacientes a distintos médicos, o su hostilidad es superior según el tipo de médico que tienen delante? ¿Solo pasa en el ejercicio de la medicina asistencial o también se dan estas situaciones en la medicina forense?
At this point, we might ask, do they treat the same patients to different doctors, or is their hostility superior according to the type of doctor in front of them? Does it only happen in the practice of medical care or do these situations also occur in forensic medicine?
Permítanme relatarles mi experiencia personal, estimados lectores. En mis años de ejercicio de la medicina he de confesar que jamás he sufrido ningún tipo de situación percibida como agresiva. Es posible que que ello se deba a la dedicación a la medicina pericial como médico forense en la que los pacientes no llegan a las clínicas médico forenses necesitados de una cura para determinada enfermedad y por tanto sin transmitir la presión que se pueda dar en un servicio de urgencias.
Let me tell you about my personal experience, dear readers. In my years of practicing medicine, i must confess that I have never suffered any type of situation perceived as aggressive. It is possible that this is due to the dedication to the expert medicine as a medical examiner in which patients do not reach the forensic medical clinics in need of a cure for a certain disease and therefore without transmitting the pressure that can be given in a service emergency.
Pero la realidad es que si que he podido ser testigo en la medicina forense de situaciones en que determinadas personas presentaban cierta hostilidad verbal o pretendían intimidar con una actitud agresiva a compañeros que curiosamente tenían como característica común una aparente debilidad física respecto a la persona hostil. Es descorazonados haber comprobado como en determinadas situaciones (no muchas, es cierto), la hostilidad iba dirigida desde un paciente masculino hacia una médica por el simple hecho de ser mujer.
But the reality is that if I have been able to witness in forensic medicine situations in which certain people had some verbal hostility or intended to intimidate with an aggressive attitude to colleagues who curiously had as their common characteristic an apparent physical weakness with respect to the hostile person. It is disheartening to have verified how in certain situations (not many, it is true), the hostility was directed from a male patient to a doctor for the simple fact of being a woman.
Un reciente y fugaz paso por la médica asistencial me ha revelado algo que nunca me había pasado en la medicina pericial, aunque también es cierto que el grado de crispación con el que acude un paciente enfermo que busca de cura a sus males. Como les decía, he sido testigo de una nueva situación que no es otra que comprobar como un paciente hostil y maleducado con algún compañero se tornaba en «otra persona» accesible y educada cuando yo la atendía instantes después. ¿Adivinan la diferencia entre el compañero intimidado y yo? Pues he de confesar de nuevo que la diferencia en los casos en los que se ha dado la situación ha sido básicamente el sexo y el físico del médico. En todas las ocasiones en que algunos pacientes han sido tremendamente maleducados con un profesional y educados conmigo pocos minutos después, se volvía a dar la circunstancia de que estos pacientes solían ser maleducados con las profesionales femeninas o con aquellos médicos varones de pequeño tamaño o edad mas avanzada. Ciertamente era muy curioso observar desde mi metro ochenta y cinco de estatura acompañados de unos kilos de mas para esa estatura, como pacientes fuera de si ante compañeras laborales, «milagrosamente» mostraban una exquisita educación en cuestión de pocos segundos ante mi eventual presencia. Esta situación se ha repetido en varias ocasiones, por lo que la única conclusión personal es que por desgracia en la relación médico – paciente maleducado, el tamaño si que importa.
A recent and fleeting passage through the medical care has revealed to me something that had never happened to me in the expert medicine, although it is also true that the degree of tension with which a sick patient seeks to cure his ills. As I was saying, I have witnessed a new situation that is nothing more than to see how a hostile and impolite patient with a colleague became an «other person» accessible and educated when I attended her moments later. Guess the difference between the intimidated partner and me? Well, I have to confess once again that the difference in the cases in which the situation has occurred has basically been the sex and physique of the doctor. On all occasions when some patients have been tremendously ill-mannered with a professional and educated with me a few minutes later, it was again the circumstance that these patients used to be rude to female professionals or to those male doctors of small size or age advanced. Certainly it was very curious to observe from my eighty-five meter height accompanied by a few kilos of more for that height, as patients outside of their work colleagues, «miraculously» showed an exquisite education in a matter of a few seconds before my eventual presence. This situation has been repeated on several occasions, so the only personal conclusion is that unfortunately in the rude physician-patient relationship, size does matter.
Los profesionales de la salud, somos humanos y ciertamente a veces no reparamos en la angustia que pueda estar sufriendo el paciente o sus familiares por buena y adecuada que sea nuestra atención profesional, pero dicho esto, es preciso destacar que es totalmente inaceptable que en determinadas ocasiones la relación médico paciente se base en una relación de poder en la que el paciente se cree con derecho a agredir a su médico por el simple hecho de ser mujer o lo considere mas débil físicamente.
Health professionals, we are human and certainly sometimes we do not notice the anguish that may be suffering the patient or his relatives as good and appropriate as our professional care, but that said, it is necessary to point out that it is totally unacceptable that in certain sometimes the patient medical relationship is based on a power relationship in which the patient is believed to have the right to assault his doctor simply because he is a woman or considers him physically weak.
Posiblemente en la relación de derechos y obligaciones de los pacientes de los servicios públicos de salud, estamos olvidando que se está desequilibrando en exceso esta relación, dotando de una serie de derechos (todos legítimos) pero obviando una serie de elementales obligaciones basadas en la urbanidad, sin las cuales la relación médico paciente, que por su propia naturaleza debe ser bidireccional y fluida, se convierte en una mera transacción en la cual el médico debe tratar a pacientes que se creen clientes.
Possibly in the relationship of rights and obligations of patients of public health services, we are forgetting that this relationship is being excessively unbalanced, endowing with a series of rights (all legitimate) but obviating a series of elementary obligations based on urbanity , Without which the patient medical relationship, which by its very nature must be bidirectional and fluid, becomes a mere transaction in which the doctor must treat patients who believe they are clients.
When the rights and obligations of both sides of the patient medical equation are as unbalanced as they are today, dear readers, the relationship does not work with the desirable fluidity and this finally affects a worse quality of care, as it has been Demonstrated in the study that originates the reflection that we offer today.
What do you think?
Have a good weekend.
Cuando los derechos y obligaciones de ambas partes de la ecuación médico paciente se encuentran tan desequilibrados como lo están en la actualidad, estimados lectores, la relación no funciona con la fluidez deseable y ello finalmente incide en una peor calidad asistencial, tal y como ha quedado demostrado en el estudio que origina la reflexión que hoy les ofrecemos.
¿Ustedes que opinan?
Tengan un buen fin de semana.
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