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De nuevo esta semana en amplia-mente.com se ha visto llena por un tema casi monotemático, en concreto la cocaína. De los tres artículos publicados esta semana, dos de ellos están directamente relacionados con el consumo de cocaína y el otro, si bien hablaba de patología dual, también está relacionado con el consumo de drogas de abuso.

En el primero de los artículos semanales, de nuevo dedicábamos nuestras palabras a un tema de gran interés para nosotros, sobre todo para el Dr. Ramos, como es el de la patología dual. En concreto»Patología dual, la gran olvidada» en el que recogíamos como entre los días 12 a 14 de junio de 2014, se ha celebrado en Valencia las XVI Jornadas Nacionales de Patología Dual, organizadas por la Sociedad Española de Patología Dual. En dicho artículo hacía mención el Dr. Ramos a como la patología dual sigue sin aparecer en el DSM V, comprobándose así que la patología dual se constituye como una de las grandes olvidadas por parte de la Asociación Americana de Psiquiatría a pesar de la enorme prevalencia estadística que nos muestran los datos recogidos en el “campo de batalla” donde realmente se lucha contra la comorbilidad de los trastornos mentales y la adicciones. En las Jornadas aquí referidas se trataban temas como que es muy frecuente la adicción a la nicotina en enfermos psicóticos (especialmente en esquizofrénicos). Se ha observado que en estos pacientes, la nicotina contenida en el tabaco, minimiza los síntomas alucinatorios y la ansiedad, así como controla la aparición de sintomatología negativa (punto éste, de discrepancia entre profesionales, pues existen opiniones en sentido contrario) y controla las fluctuaciones en el estado de ánimo. Por ello se analizó la posibilidad de utilizar el cigarrillo electrónico como terapia en estos pacientes. Igualmente, se trató en la jornadas el candente tema de la relación entre presentación de nuevas psicosis y consumo de cánnabis, bien en su forma tradicional como en aquellas presentaciones emergentes en las que cannabinoides sintéticos se encuentran encubiertos bajo una falsa sensación de inocuidad. Tambien se trataron los factores emocionales predisponentes, la relación entre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad con el trastorno por uso de sustancias (agravado por la falta de diagnostico de este tipo de cuadros en el adulto), trastornos alimentarios o la gran relación entre juego patológico y aquellos trastornos de personalidad del clúster “B” (antisocial, límite, histriónico y narcisista). Como vemos unas jornadas muy fructíferas e interesantes desde el punto de la Patología Dual.

A continuación escribíamos en este foro sobre la cocaína y un cuadro desarrollado por esta de suma gravedad e importancia y que puede ser el origen de un cuadro de muerte súbita como es el «Delirium excitado, ¿se puede evitar el desenlace fatal?«, en concreto nos hacíamos eco de un estudio realizado en Seatle donde un grupo de investigadores de Urgencias han realizado un estudio detallado sobre las medidas de retención y reducción por parte de las fuerzas de la autoridad y de seguridad de los hospitales sobre aquellos pacientes en los que se sospecha esta patología. Se plantea en dicho artículo la necesidad o no de reducir a estos pacientes a toda costa, a sabiendas que el desenlace final puede ser la muerte súbita o si bien es más conveniente dejarles sin control y evitando que se puedan autoinflingir daños, para evitar así la gran descarga de catecolaminas, que se ha demostrado que son las implicadas en la muerte súbita. Concluíamos el artículo diciendo que las fuerzas de orden y seguridad deberán conocer perfectamente este síndrome, sus síntomas, su forma de presentación, para una vez identificados los pacientes con este cuadro de agitación, no llevar a cabo un excesivo uso de la fuerza para su reducción, ya que así se evitaría el riesgo de ocasionar en estos sujetos la muerte súbita asociada al Delirium excitado. Aún así, incluso utilizando la menor fuerza posible para su reducción, queda la duda de que se presente la muerte y se acuse a las fuerzas de orden de haberla provocado.

Por último, en el día de ayer, volvíamos de nuevo sobre la cocaína, pero en este caso se planteaba la posibilidad de que se pudieran diagnosticar un consumo crónico de esta sustancia, mediante una serie de biomarcadores, en el artículo «Cocaína y biomarcadores, objetividad al fin«. En él veíamos como se han realizados estudios por parte del IBIMA (Instituto de Investigación Biomédica de Málaga), aunque realizados por la Red Nacional de Trastornos Adictivos en los que se han puesto sobre la mesa de investigadores y estudiosos del fenómeno de las adicciones, acerca de la existencia de biomarcadores plasmáticos en relación al consumo de cocaína, la severidad del consumo y su relación comórbida con otros trastornos mentales. En el estudio se propugna que tras una toma de muestra de sangre, podamos estudiar unos parámetros como aciletanolamidas y quimioquinas que nos orienten sobre un historial de consumo, severidad o comorbilidades psiquiátricas. Estudiando estas dos sustancias que nos indican parámetros inflamatorios e inmunes respectivamente, tendremos datos sobre la plasticidad neuronal, tan relacionada con las conductas, entre ellas la adictiva. Lo mejor de este descubrimiento, es que además, se ha detectado que la alteración de parámetros sigue presente tiempo después del abandono del consumo. Igualmente, los resultados son diferentes, según sus niveles plasmáticos, por lo que nos dan información sobre la severidad del consumo y/o grado de afectación glial que nos da información sobre el deterior cerebral en relación a patología psiquiátrica. Dada la elevada utilidad que podrían tener estos estudios para nuestras periciales, la siguiente pregunta que nos surge es ¿cuando podremos hacer uso de ellos en nuestro día a día?.

Esperamos que lo pasen bien y buen fin de semana.

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