Cala Chica, Playa de Maro en Málaga
Hoy traemos un texto publicado en febrero, y aunque estamos acabando el periodo vacacional de los futbolistas, este sería un buen momento para que en los reconocimientos médicos iniciales se llevaran a cabo algunas de las actuaciones que recogíamos en este artículo.
¿Encefalopatía traumática crónica en el fútbol?
Hace unos meses, en nuestro blog hicimos referencia a la concusión o encefalopatía traumática crónica, con motivo de la presentación de una película de Hollywood, que pretendía enaltecer la figura de uno de los médicos que se implicaron en su diagnostico, el Dr. Omalu. Hoy volvemos a traer este cuadro patológico a amplia-mente.com.
Chronic traumatic encephalopathy in football?
A few months ago, in our blog, we referred to chronic traumatic encephalopathy or encephalopathy, due to the presentation of a Hollywood movie, intended to enhance the figure of one of the doctors who were involved in his diagnosis, Dr. Omalu. Today we bring this pathological syndrome back to amplia-mente.com.
El estudio de la concusión o de la encefalopatía traumática crónica (ETC) se ha basado principalmente en las investigaciones realizadas en los EEUU en deportes como el hockey sobre hielo o en el futbol americano. En estos estudios, se ha fomentado la investigación de biomarcadores precoces para el diagnóstico del cuadro, en concreto la determinación en plasma de las concentraciones de las proteínas T-tau y S-100B (complejo S-100 de unión de calcio-proteína B) y NSE (Enolasa específica de las neuronas). O la evaluación por Tomografía de emisión de positrones de los cerebros de los jugadores de la NFL y se demostró que las señales de la fluoroeti-(metil) amino-2-naftil etilen malononitrilo (FDDNP) son más altas en aquellos con historias de alteración del estado de ánimo y síntomas cognitivos, en todas las regiones subcorticales y en la amígdala principalmente, como áreas que producen depósitos de tau después de un trauma.
The study of concussion or chronic traumatic encephalopathy (CTE) has been based mainly on research conducted in the US in sports such as ice hockey or in American football. In these studies, the investigation of early biomarkers for the diagnosis of the condition, in particular the determination of plasma concentrations of T-tau and S-100B proteins (S-100 calcium-protein B complex) And NSE (Enola-specific neurons). O evaluation by positron emission tomography of the brains of NFL players and it was shown that the signals of fluoroeti- (methyl) amino-2-naphthyl ethylene malononitrile (FDDNP) are higher in those with histories of alteration Of mood and cognitive symptoms, in all subcortical regions and in the amygdala mainly, as areas that produce tau deposits after trauma.
Nos preguntábamos entonces por otros deportistas que sufren continuos traumatismos menores craneo-encefálicos y que por tanto podrían estar sometidos a esta patología. En concreto nos estamos refiriendo a los jugadores de futbol, que continuamente cabecean el balón a lo largo de los partidos que disputan. Por tanto el futbol, deporte que mueve tanto dinero, pensábamos que se encargarían del estudio de sus jugadores profesionales para detectar este síndrome. Sin embargo, ni los multimillonarios jugadores, ni los potentísimos clubes de futbol europeo ni los organismos internacionales, que tanto dinero mueven, como la FIFA o la UEFA han hecho nada por el estudio de la ETC.
We then wondered about other athletes suffering from continuous minor traumatic brain injury and who could therefore be subjected to this pathology. In particular we are referring to the players of soccer, who continually nod the ball throughout the games they play. Therefore soccer, sport that moves so much money, we thought that would be in charge of the study of its professional players to detect this syndrome. However, neither the multi-millionaire players nor the very powerful European football clubs nor the international organizations that make such money, such as FIFA or UEFA, have done nothing for the study of CTE.
Hoy traemos un artículo que llamativamente se ha llevado a cabo en EEUU, donde el fútbol, o soccer que es como ellos lo llaman, no es un deporte mayoritario y que recoge las posibles concusiones sufridas por jugadores aficionados en su país. El artículo titulado “Symptoms from repeated intentional and unintentional head impact in soccer players” publicado en la revista Neurology, recoge una encuesta realizada a 222 jugadores de futbol e los que se le preguntan si han tenido algún traumatismo craneo-encefálico durante la práctica del deporte (choque de cabeza con otros jugadores o contra el suelo) y que especificaran la media de remates de cabeza que han sufrido en los últimos 15 días. Además se recogen la presencia de síntomas de afectación del sistema nervioso central (SNC). Los autores llegan a la conclusión que la presencia de estos síntomas a corto plazo tras un traumatismo son indudables, pero la presencia de síntomas a largo plazo no se ha podido comprobar, aunque según los autores, estos síntomas están infradiagnosticados y por tanto serían necesarios nuevos estudios que lo pongan de manifiesto.
Today we bring an article that has been carried out in the United States, where football, or soccer, as they call it, is not a major sport and it picks up the possible concussions suffered by amateur players in his country. The article titled “Symptoms of repeated intentional and unintentional head in soccer players” published in the journal Neurology, collects a survey of 222 soccer players and those who are asked if they have had any traumatic brain injury during the practice of sports (Head clash with other players or against the ground) and specify the average number of head shots they have suffered in the last 15 days. In addition the presence of symptoms of central nervous system (CNS) involvement are recorded. The authors conclude that the presence of these symptoms in the short term after a trauma is undoubted, but the presence of symptoms in the long term has not been verified, although according to the authors, these symptoms are underdiagnosed and therefore new Studies that make this clear.
En la misma revista, también se publica una revisión titulada “Heading in soccer More than a subconcussive event?“, en la que se critica el artículo anterior, indicando que si bien el cuestionario media la información de los traumatismos y el resultado de los mismos, esto podría ser un sesgo, además el propio encuestado sabía que síntomas marcar por lo que podría tener tendencia a falsificarse los resultados. Pero indudablemente alienta a lo autores del estudio a continuar con las investigaciones para determinar si hay una consecuencia a largo plazo en los traumatismos no intencionados de cráneo, destaca la necesidad de poner el foco en el mundo del fútbol.
In the same journal, a review is also published entitled “Heading in soccer More than a subconcussive event?“, In which the previous article is criticized, indicating that although the questionnaire mediates the information of the injuries and the result of the same ones , This could be a bias, in addition the respondent himself knew which marking symptoms so he might have a tendency to falsify the results. But he undoubtedly encourages the study’s authors to continue investigations to determine if there is a long-term consequence in unintentional skull trauma, stressing the need to focus on the world of football.
From here, we urge the authorities, managers and the footballers themselves (the main players in the problem) to encourage research on whether, to top it off during football practice can lead in the long run to the presence of a Chronic traumatic encephalopathy. It’s in their hands, and in their heads. We will continue alert.
Desde aquí instamos a las autoridades, directivos y a los propios futbolistas (principales interesados en el problema) a que se fomenten los estudios de investigación sobre si, el rematar de cabeza durante la práctica del fútbol, puede llevar a largo plazo a la presencia de una encefalopatía traumática crónica. Está en sus manos,…y en sus cabezas. Seguiremos atentos.
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