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El lado oscuro de… esta vez del deporte. Hablamos de xenón



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Sochi 2014. ¿Olimpismo limpio?

Sochi 2014. ¿Olimpismo limpio?


Albert Einstein dijo: “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”. Seguro que han escuchado, leído, escrito esta frase en innumerables ocasiones, y no por ello deja de ser vigente.

The dark side of sport … this time. We speak of xenon

Possibly, we face a new worldwide doping scandal to account. According to a german news program, members of the Russian Olympic Team in Sochi 2014, have been able to be using xenon gas as unlawful technique to enhance sport performance at the request of the Russian Authorities.

Tambien es cierto que paralelamente, el ingenio del Ser Humano, parece no tener fin. Lo malo de esto (el lado oscuro que mencionábamos en el título), es que este ingenio parece mucho mas rentable al servicio de la ideación de nuevas formas de obtener beneficios de manera ilícita. Es normal, que el hecho ilegal o al menos inmoral, vaya unos pasos por delante de su prevención, detección o su reparación. Es imposible pensar en lo que se desconoce y mucho menos pensar en la manera de detectarlo y ponerle remedio. Esta circunstancia, da mucha ventaja a aquellos que ansían aferrarse al poder que otorga la ventaja ilegítima que les ocasiona el ilícito cometido.

Hecha esta introducción, hablemos del motivo que origina la reflexión de hoy. El lunes 24 de febrero de 2014 a las 22:45, el programa “Sport Inside” de la cadena de televisión alemana WDR, lanzaba una nueva carga de profundidad (y van…) sobre la credibilidad del mundo del deporte. En esta ocasión, afirmaban que muchos deportistas rusos habrían aumentado artificialmente su rendimiento deportivo mediante el uso de una “nueva” técnica consistente en la respiración de gas xenón para aumentar la producción de eritropoyetina (la tan famosa EPO) a fin de optimizar la oxigenación del organismo a distintos niveles, esperando (y consiguiendo a tenor de los resultados rusos en el medallero, si la noticia es cierta) un aumento considerable del rendimiento deportivo. Lo peor del caso, es que se insinúa por parte del informativo deportivo, es que estaríamos ante un caso de “fraude” deportivo que pudiese tener su inicio hace 10 años en los Juegos Olímpicos de verano de 2004 celebrados en Atenas donde sospechosamente el equipo olímpico ruso, dio un salto cuantitativo importante en el medallero, colocando a Rusia a niveles ya olvidados desde la época dorada de la extinta Unión Soviética.

Tal ha sido la polvareda mediática levantada, que voces desde la WADA (Agencia Mundial Antidopaje), incluso desde sus oficinas locales en Alemania, se apresuran a afirmar que se encuentra en estudio la posibilidad de que el uso del xenón, no sea tan ilegal como pudiese parecer, en tanto que por sus especiales características físico químicas, podríamos encontrarnos ante una ayuda al entrenamiento mas similar al entrenamiento en altura o la exposición de los deportistas a temperaturas extremas, que a los aportes químicos que suponen las EPO artificiales o sus proteínas precursoras. Parece que nos encontramos una vez mas en uno de aquellos casos de “hecha la ley, hecha la trampa”.

El xenón, es uno de los llamados gases nobles, que a nivel terapéutico es usado como gas anestésico para mantenimiento de la narcosis una vez inducida la anestesia del adulto. A nivel deportivo, se usa sus propiedades como gas inerte para inducir una hipoxia artificial que estimula por una simple cuestión de biofeedback negativo, la síntesis “natural” de La subunidad alfa del factor 1 inducible por hipoxia (HIF1α), que es una proteína codificada en humanos por el gen HIF1α. Esta proteína, juega un papel capital en la respuesta del organismo en conjunto y de las células que lo integran individualmente a las situaciones de hipoxia, de modo que su aumento, dispara las alarmas biológicas y entre otras adaptaciones se aumenta drásticamente la síntesis de eritropoyetina del individuo que está usando el xenón. Tan fácil, como esto. Al final parece un tema semántico, de modo que si no se usa la ayuda directa de una sustancia externa, no sería doping, pues toda la EPO detectada es producida por el organismo, al igual que toda la proteína HIF1α, que también es totalmente endógena. A efectos prácticos, se trata de usarlo al una proporción del 50% con oxígeno durante fechas previas a la competición, para dar una última inhalación del coctel una o dos horas antes de la competición. Es así de contundente, habiéndose detectado en animales de laboratorio una subida de la producción de EPO endógena de hasta el 70%. Evidentemente, será difícil encontrar los resultados en humanos a tal fin, a no ser que finalmente la WADA termine declarando la presunta práctica como legal. Será dificil su ilegalización directa, pues al momento actual, es totalmente indetectable su uso.

En amplia-mente.com nos preguntamos y a la vez les invitamos a reflexionar, sobre la ética (parece que la triquiñuela legal, la tenemos servida) de este tipo de prácticas. ¿En que momento el deporte ha dejado de ser aquella actividad lúdica y saludable que predicaba el Barón Pierre de Coubertain, fundador de los Juegos Olímpicos modernos?. Quizá muchos de ustedes, estimados lectores, argumentarán que el deporte profesional de hoy día no tiene nada que ver con los ideales que dieron lugar a todo el movimiento olímpico, pero a pesar de ello sus deportistas siguen siendo el espejo en el que se reflejan millones de deportistas que se acercan al deporte de una manera aficionada, buscando salud u ocio. Desconozco cuantos de ustedes, estimados lectores, son médicos, pero yo que si lo soy, les aseguro que en numerosas ocasiones he recibido preguntas de mi entorno personal y laboral, preguntándome por la sustancia de turno subida a la palestra de los medios de comunicación y tras numerosas vueltas, verme preguntado por la posibilidad de conseguirse recetas legales (nunca se me han pedido directamente, solo he recibido la pregunta de la posibilidad de su dispensación legal) para poder correr mas que el grupo de amigos de la salida de los domingos en bicicleta, o estar mas musculado que el compañero de fatigas en el gimnasio de barrio de turno. Lo peor del caso, es que ante la oscura exposición de las maldades del uso de este tipo de sustancia, sospecho que el interlocutor, se va a Internet a comprar lo mismo en el mercado negro (ver El mercado de la droga se amplía…, o Bajamos y estuvimos allí…), con lo que el mal del doping en deportistas de élite, ya está hecho.

Estimados lectores, se trata de un tema que entendemos es muy serio. En el caso que nos ocupa, si es cierto que se contaba con el apoyo y las bendiciones del estado ruso, nos tememos que “el pequeño detalle semántico” de no considerar doping el uso de gas xenón, puede ser otro escalón abajo en la credibilidad del deporte profesional.

¿Ustedes que opinan?

Tengan un buen día.

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