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La olvidada historia clínica



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¿Igual para todos?


 Amplia-mente.com es un blog, tal y como hemos comentado en repetidas ocasiones, que nace de la lectura y estudio de la numerosa oferta editorial en materia médica en general y la no tan generosa o abundante oferta en lo que respecta a la medicina legal en particular. Nos consta que muchos de nuestros estimados lectores, usan amplia-mente.com como vía de acceso a las novedades médicas de su interés. Ello nos honra.

Pero a veces, alguna situación laboral, personal o en la mayoría de los casos, ambas circunstancias, el artículo semanal gira en torno a una reflexión propia de alguno de los autores del blog.

Hoy es uno de esos días.

Les pondré en antecedentes sobre el origen de las líneas que hoy publicamos. En el ejercicio cotidiano de un médico forense, da igual la subespecialidad a la que se dedique, es muy normal tener que enfrentarse a la petición de dictámenes en los que, por regla general se solicita algún tipo de información que servirá para dirimir un asunto judicial, que por definición va a congregar varias partes antagónicas en sus posturas y que por tanto van a exponer las circunstancias del caso en función de sus intereses particulares.

Esta circunstancia da lugar a una situación muy frecuente, que no es otra que el hecho de que las partes van a presentar una documentación médica que beneficie sus tesis y casi nunca aquella que haga recaer algún tipo de duda sobre la postura que defiendan. Indudablemente las representaciones letradas de las partes tienen mucho que ver en ese aporte sesgado de información, hecho que hasta cierto punto es normal y lógico. Nadie debe ir contra sus propios intereses, y sin llegar a aportar información falsa, entra dentro de lo comprensible que se aporte solo lo que beneficie.

Sin llegar al punto de mentir documentalmente, no imaginan, estimados lectores, hasta que punto determinados casos parecen diametralmente distintos según se atienda la información facilitada por una parte o por otra.

Y en medio, el médico forense con su exploración y su deber de atenerse exclusivamente a la evidencia científica. ¿Cual sería la herramienta a usar?

La historia clínica del paciente. Un relato biográfico de todas sus atenciones médicas anteriores a la necesidad que origina la actual asistencia (no solo las médico forenses)

¿De todas?, pues aunque no se lo crean los lectores ajenos al mundo de la medicina, no, no están todos los episodios médicos de una persona en su historia clínica.

Aquí, podemos exponer casi todas las situaciones que se nos ocurran. Dentro de una misma comunidad autónoma, se dan casos (muchos), en los que el médico de atención primaria no puede acceder a las actuaciones médicas de especialidades y viceversa. Si ampliamos el nivel geográfico, resulta que las historias son opacas entre médicos de distintas Comunidades Autónomas, de modo que un paciente que pasa de una comunidad a otra, es totalmente desconocido y cuando se atiende en la comunidad receptora, se debe historiar desde el principio, con los consiguientes peligros que ello conlleva, además de los inconvenientes en la asistencia.

Pero vayamos un poco mas lejos. ¿Que sucede con la atención médica privada? Cada aseguradora médica, mutua laboral, e incluso clínicas dentro de la misma entidad aseguradora, tienen su propia base de datos clínicos y por supuesto aislada del resto de la comunidad médica, incluida la medicina pública. Entenderán, que en especialidades tan objetivas como la radiología (por ejemplo), la repetición de pruebas solo suponga un perjuicio económico, pero los hechos finales serán (o deberían ser) los mismos, En otras especialidades como la psiquiatría o la emergente clínica del dolor, tan subjetivas y basadas en muchos casos en el relato del paciente, puede darse lugar a que ante la misma semiología del mismo paciente, se den diagnósticos, tratamientos y en última instancia, consecuencias legales totalmente distintas.

¿Creen que la visión, ciertamente pesimista que se les está exponiendo hoy es algo exagerada? Juzguen ustedes. El jueves 10 de mayo de 2018, saltaba la noticia de que la investigación concluye que la muerte de una joven en el campo de tiro de Granada fue un crimen machista.

¿Que tiene todo esto que ver con la historia clínica? En este caso, es un dato circunstancial, pues desgraciadamente en la violencia machista, la mayoría de los casos no media enfermedad alguna, pero en el caso que nos ocupa, según se ha publicado en los medios de comunicación, el presunto autor del homicidio, tenía antecedentes psiquiátricos que evidentemente no había comunicado en el reconocimiento médico, condición indispensable para renovar la licencia de armas que legalmente poseía y que en caso de haberse detectado (los antecedentes), hubiese supuesto la revocación de dichas licencias por parte de Intervención de Armas de la Guardia Civil.

Si el centro médico donde se hizo este reconocimiento hubiese tenido acceso a una historia clínica digital unificada en la que se volcasen todas las intervenciones médicas efectuadas sobre su persona, hubiese sido seguro que armas de fuego legalizadas no hubiese podido poseer el presunto homicida. ¿Se hubiese evitado?, es imposible saberlo, pero hubiese tenido una facilidad menos para perpetrar el luctuoso hecho.

Mientras, nuestra clase política, usa la sanidad como arma arrojadiza en unos casos o como mérito propio en otros. Pocas semanas antes de la publicación de estas lineas, el partido político de Ciudadanos pide explicaciones sobre el retraso en la implantación de la historia clínica digital, que desde el Ministerio de Sanidad no dudan en publicitar como un hecho conseguido y consolidado en su página web bajo el titular “Historia Clínica Digital del Sistema Nacional de Salud”. Nada mas lejos de la realidad, y lo peor de todo es que la totalidad de los grupos políticos de este país, echan la culpa a sus adversarios políticos de que la historia clínica unificada no sea una realidad a día de hoy.

La historia clínica digital y unificada, debe ser una realidad que ya se aprenda desde las propias facultades de medicina, de modo que igual que hay un consenso no escrito sobre los textos médicos a utilizar en el estudio de las distintas asignaturas, el médico recién graduado, debería estar familiarizado con el uso de esta historia clínica digital, cuya única diferencia entre entidades pudiese ser exclusivamente el logotipo de la institución que la genere, con libre acceso a todos los datos médicos (por parte de quien la Ley estime que debe tener dicho acceso) indistintamente de la entidad médica que se trate, la localización geográfica o el carácter público o privado de la entidad. Este tema, ya lo expusimos en ¿Ha llegado la globalización a la medicina?, y lo seguiremos reclamando mientras exista la necesidad no resuelta.

No es ético, ni práctico, que instituciones como los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad o Hacienda, en virtud del interés colectivo, puedan tener acceso a datos sensibles, y los distintos responsables no sean capaces de ponerse de acuerdo en un asunto tan importante como los derechos individuales a la vida y la salud, los cuales pueden verse perjudicados por una decisión basada en información errónea, por la inexistencia de voluntad política para la creación de una base de datos unificada en lo referente a los datos médicos.

El artículo de hoy, es una reflexión puramente centrada en una situación que se da en el territorio español y como tal, no será traducido al inglés.

Tengan un buen fin de semana.

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