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En los albores del siglo XIX, Phillippe Pinel (médico, 1745-1826) sentó las bases de la psiquiatría moderna. Propugnaba la observación y análisis de los fenómenos tangibles de la enfermedad, de modo que se puede considerar su obra como el teórico punto de partida de las actuales clasificaciones internacionales de la enfermedad mental (CIE y DSM). Además en el campo de tratamiento de las mismas, postulo por la liberación del enfermo mental de sus cadenas, afirmando que el paciente solo obtendría la recuperación a partir del «tratamiento moral» de sus dolencias inmerso en la Sociedad, promoviendo así un cambio de actitud de ésta hacia los enfermos mentales, que pasaban de ese modo a ser considerados seres humanos merecedores de tratamiento médico.
Desgraciadamente, doscientos años después, la Organización Mundial de la Salud, debe recordar los postulados de lo que en su momento se consideró la revolución psiquiátrica. Igualmente desafortunado es que el artículo propuesto hoy desde este blog, no deje de ser una postura teórica y utópica. Ningún psiquiatra negaría hoy día las palabras que la directora regional europea de la OMS ha dedicado a los gobiernos referentes al cierre de los hospitales psiquiátricos, pero tras este hipotético cierre, ¿que hacemos con los pacientes?.
EL tratamiento de la enfermedad mental hace décadas (muchas, a considerar desde la recuperación económica de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial) que no es solo una cuestión médica. Hoy día la enfermedad mental es una cuestión multifactorial que a efectos prácticos viene siendo, para las estructuras gubernamentales, un problema social, hecho por el cual precisamente se mantienen los macrohospitales psiquiátricos que no hacen sino «ocultar» el problema de la enfermedad mental en nuestra sociedad del bienestar. Las palabras de la Sra. Jakab, son dolorosamente obvias, pero llegados a este punto, vacías de contenido real y práctico. No es posible el cierre de estas estructuras sin un apoyo social, laboral, médico y educacional (al paciente y a la Sociedad); en una época en la que en España se cercenan las ayudas gubernamentales a la Dependencia, o la Corona de Holanda (a instancias de su gobierno) manifiesta como declaración de intenciones el fin del estado del bienestar. No es posible sumergir a los enfermos mentales, necesitados de un seguimiento médico las 24 horas del día, de una reinserción laboral, educacional y social en definitiva, en una sociedad que precisamente por su miedo y desconocimiento de la enfermedad mental, los va a rechazar y por tanto a marginar.
Juzguen ustedes, estimados lectores, sobre la declaración de intenciones de la OMS. ¿Fantasía o realidad?
amplia-mente‘s insight:
Según la directora regional para Europa del organismo sanitario, Zsuzsanna Jakab, los centros basados en el aislamiento provocan «estigmas y miedos» entre los pacientes con trastornos mentales.
La directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, Zsuzsanna Jakab, ha solicitado a los países europeos que cierren los hospitales psiquiátricos, aquellos basados en el aislamiento, y creen servicios de salud mental «de confianza» ya que, a su entender, los primeros provocan «estigmas y miedos» entre los pacientes con trastornos mentales que hace que no acudan a solicitar tratamiento.
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