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Nueva dimensión social del Ser Humano

Nueva dimensión social del Ser Humano


Es un hecho, que las dolencias alegadas en los servicios de clínica medico forense de los Institutos de Medicina Legal de España, tienen que ver con los estilos de vida de las personas que demandan los servicios del médico forense.

Billed by the devil (spanish popular sentence)

It is a fact that the alleged ailments in coroner/medical examiner services of Institutes of Legal Medicine of Spain, have to do with the lifestyles of people who demand services coroner/medical examiner.

Cuando establecemos esas conversaciones con aquellos médicos forenses mas antiguos, esas que son intrascendentes para el quehacer diario, pero relacionadas con el mismo y cargadas del sentido común que va dotando el aumento de la edad al Ser Humano (a al menos debería, que de todo hay), en muchas ocasiones sale el tema del cambio de tipos de episodios a tratar en lo que respecta a la valoración del daño corporal. Incluso en la experiencia de quien hoy les escribe, se nota, incluso “macroscópicamente”, si se me permite el paralelismo, este viraje. Hace aproximadamente tres lustros, con la aparición  del baremo de valoración de secuelas de accidentes de tráfico recién aprobado (Ley 30/1995, de ordenación y supervisión de los seguros privados), y por tanto no suficientemente interioridad todavía en las estrategias laborales de los profesionales del mundo del derecho, el grueso de las labores diarias de un médico forense respecto a la valoración del daño corporal se referían a las agresiones. Conforme fue madurando el uso del mencionado baremo, su conjunción con el vigente Código Penal, aprobado el mismo año y en el que se cambiaba la conceptualización del delito de lesiones, y por que no decirlo, el aumento de la picaresca surgida de la necesidad tras unos años de dificultad económica, hacen que el perfil de las consultas de los servicios de clínica médico forense de los Institutos de Medicina Legal españoles haya cambiado drásticamente, inclinando mucho la balanza hacia el lado de los accidentes de tráfico frente a otras circunstancias adversas en las que la víctima busque el resarcimiento tras unas lesiones.

¿Qué nos depara el futuro entonces? Si aceptamos la hipótesis de que las lesiones a valorar se adaptan a los estilos de vida de las víctimas, achacándolas en numerosas ocasiones al evento punible, ¿veremos en el futuro cercano un cambio en las patologías a valorar?. ¿Dejará de ser el esguince cervical el rey de las consultas con el médico forense? En el artículo The global burden of occupationally related low back pain: estimates from the Global Burden of Disease 2010 study, publicado en la revista Annals of the Rheumatic Diseases, se afirma que en 2010, fecha del estudio, el dolor de espalda baja estaba adquiriendo un carácter de epidemia mundial, concluyendo el estudio que las alteraciones ergonómicas de las posturas adoptadas en el trabajo son un importante factor de riesgo en el desarrollo de esta contingencia, sobretodo en países con una mayor tasa de trabajo de tipo físico como aquellas economías se basa mayoritariamente en la agricultura. Ciertamente (además del ya mencionado omnipresente esguince cervical), la lumbalgia es una da las dolencias mas aquejadas por los lesionados que acuden a ser valorados por el médico forense, tenga o no que ver el mecanismo lesional que da lugar a la incoación de las actuaciones judiciales.

¿Quiere esto decir, que según cambien los estilos de vida, irán cambiando las patologías alegadas? Pues probablemente se influenciará el estado global del paciente y “ya que estamos” se achacarán dolencias no producidas en el hecho punible. Es posible que se trate solo de una anécdota científica, pero en The Lancet, se publica el artículo WhatsAppitis. En el contenido, se describe el caso de una mujer de 34 años que acude a urgencias con dolores en la muñeca y el pulgar, confirmándose a la exploración una tendinitis en el primer dedo. Preguntada por las actividades previas, reconoce la señora que había estado unas seis horas seguidas contestando mensajes desde su teléfono móvil. EL juicio clínico reflejado fue “whatsappitis” y se prescribió tratamiento analgésico antiinflamatorio y como no, reposo funcional de la zona. Otra noticia relacionada, que si no es por lo trágico que podía haber sido el resultado, no deja de tener una componente cómica es la del adolescente que Sufre un coma tras 16 horas de juego y cuatro litros de bebidas energéticas. Ciertamente, da la impresión de que los estilos de vida actuales, resultan ciertamente tóxicos y autodestructivos para el Ser Humano.

¿Qué opinan, estimados lectores? ¿ven posible que en un futuro cercano, aumenten los casos de “tendinitis del pulgar”, o de “cefaleas, mareos, taquicardias, ansiedad” por accidentes de tráfico o agresiones? Antes del advenimiento de la actual era de los dos o tres vehículos a motor en los hogares del primer mundo, era impensable a tasa de patología raquídea que se aprecia en las clínicas médico forenses, por tanto quizá no sea descabellado pensar que ante este tipo de patología emergente, también las circunstancias disruptivas a valorar empiecen a tener que ver con estos nuevos estilos de vida.

Tras leer el artículo de hoy de amplia-mente.com, paseen, charlen presencialmente con familiares y amigos y sean felices, pero háganlo en la vida real, no en la virtual.

Tengan un buen día.

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