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VERGÜENZA
Tal y como anunciaba el Dr. Diaz en el artículo del pasado lunes, tras la parada estival volvemos con multitud de temas en mente, pero desgraciadamente hay veces en las que todos esos temas, ya sean novedades en la investigación médica o nuevas visiones de algún tema ya tratado, pasan a un segundo plano ante la desgarradora actualidad informativa.
Nuevamente volvemos a escribir un artículo de opinión siguiendo el flujo de la mas cruda realidad. Desde ayer, los medios de comunicación nos han ido grabando en lo mas profundo de la mente y los sentimientos la terrible imagen de Aylan, el niño sirio cuya fotografía se ha convertido en el símbolo del drama de los refugiados. Quien hoy les escribe, se niega rotundamente a reproducir la espeluznante imagen del pequeño de apenas tres años tumbado boca abajo sobre la orilla, suavemente mecido por las mismas olas que antes le quitaron la vida tras separarse de la mano de su padre (uno de los dos supervivientes del naufragio de una barca con la que nuestros hijos tan solo juegan desde la seguridad del paraíso europeo). Junto con Aylan, murieron Su hermano Galib y su madre Rihan. Otro ser humano, un joven de 18 años que no dejaría de ser considerado un niño en Europa, también murió sin que la crueldad informativa le haya puesto nombre. No era pariente de Aylan.
Como persona que se siente abrumada por la avalancha informativa sobre la tragedia de los refugiados sirios, no puedo mas que expresar mi mas profunda vergüenza por la situación que se está dando con estos seres humanos que no acuden con desesperación a la rica Europa con el objetivo “frívolo” de tener una oportunidad laboral (Que parece que eso es lo que se nos está vendiendo desde los estamentos gubernativos europeos).
Estas personas vienen huyendo del horror de la guerra, la muerte y la destrucción que el paso de las generaciones ha hecho que olvidemos en la Europa que hace poco menos de un siglo vivió el sinsentido de las dos guerras mundiales o la Guerra Civil Española sin ir mas lejos la guerra de los Balcanes que vivimos prácticamente en directo a través de nuestros televisores cómodamente instalados en nuestros hogares dotados de todos los adelantos del siglo XXI.
Desde el punto de vista profesional, nunca es agradable enfrentarse a la muerte violenta, pero mientras el resto de muertes violentas pueden producir tristeza, ira, decepción por el acto violento intencional o accidental; el caso de Aylan , ¿que sentimientos creen, estimados lectores, que despertarán en el patólogo forense que tenga que realizar la autopsia de Aylan? Seguro que tendrá muy clara la causa de la muerte que consignar en el informe, pero ¿Que ha matado al pequeño? ¿El mar, la guerra, la barbarie humana? ¿la barbarie de quien?
Existe un viejo adagio legal que dice que “el que es causa de la causa, es causante del mal causado”. ¿Quien empujó al padre de Aylan a adentrarse en el mar con una barca de juguete? ¿La guerra actual en Siria?, seguro, huía del terror de la guerra y hoy ha perdido a su esposa y dos hijos, pero ¿solo la guerra es la responsable de la muerte de Aylan y casi toda su familia?, rotundamente no.
Resulta increíble comprobar como la vieja Europa no recuerda los movimientos migratorios que los propios europeos se vieron obligados de realizar durante y tras la Segunda Guerra Mundial/Guerra Civil Española. Miles de refugiados se establecieron en el continente americano tras las guerras europeas, tanto en los Estados Unidos como en Sudamerica. Y si de España hablamos, ¿no recordamos la cantidad de personas que se vieron obligadas a salir de España tras el estallido de la Guerra Civil y posterior represión una vez finalizada?
Si no fuese por lo dramático de la situación, parecería que estamos inmersos en uno de los esperpentos de Valle Inclán cuando escuchamos al Ministro de Asuntos Exteriores de España D. José Manuel García Margallo afirma que no se aceptará un aumento del cupo de refugiados a los que acoger en España esgrimiendo el gran número de desempleados que existe en España. No se a ustedes, estimados lectores, pero a nosotros nos empieza a parecer una burla que casi simultáneamente (servidumbre de la vida moderna ligada a la información 2.0) otros responsables gubernamentales nos intenten convencer con una amplia sonrisa triunfal de que la crisis es un tema del pasado tras comprobar el “enorme crecimiento” de la economía en el último año.
No estamos en crisis según nuestro gobierno, pero tenemos una enorme tasa de paro que nos impide acoger a seres humanos que huyen de la guerra, tal y como hicimos nosotros en la década de los años cuarenta del siglo pasado o en los sesenta empujados por la amenaza de la falta de empleo y recursos de la sociedad española de la época.
Sinceramente, yo no lo entiendo, estimados lectores. ¿Es la crisis de la que presuntamente ya hemos salido o la indiferencia de nuestros gobernantes ante la agonía sin medida de todos aquellos que sufren los horrores de la guerra?. Sinceramente, siento vergüenza. Disculpen que no traduzca al inglés.
Pasen como puedan el fin de semana.
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