Detector de monóxido de carbono
Estamos de vuelta de las vacaciones de Navidad, ya han pasado los días de descanso y encaramos en amplia-mente.com un nuevo año, el 2020, con la misma ilusión que lo hacíamos al principio, hace ya más de 6 años. En este caso volvemos a un tema que en esta época de invierno seguro que nos encontraremos en más de una ocasión en nuestras salas de autopsias, las intoxicaciones por monóxido de carbono (CO).
How important are carboxyhemoglobin levels?
We are back from the Christmas holidays, the days of rest are over and we face a new year, 2020, with the same enthusiasm as we did at the beginning, more than 6 years ago. In this case we return to a subject that in this winter season we will surely find in more than one occasion in our autopsy rooms, the carbon monoxide poisoning (CO).
El tema de las intoxicaciones por CO ha sido tratado en alguna que otra ocasión en nuestro blog, en concreto hace unos años hablábamos del asesino silencioso para referirnos a él. Posteriormente hemos hablado de la importancia de otras sustancias que se pueden liberar en los incendios y que no siempre el culpable de la muerte es el CO. Pero a pesar de repetirnos en el tema, queremos aprovechar la ocasión de la publicación de un artículo relacionado con el tema para hacer hincapié en una de las disyuntivas que se nos pueden plantear a la hora de interpretar los resultados del laboratorio en estos casos.
The subject of CO poisoning has been covered on occasion on our blog, in particular a few years ago we talked about the silent killer to refer to it. Later we talked about the importance of other substances that can be released in fires and that not always the culprit of death is CO. But despite repeating ourselves on the subject, we would like to take the opportunity of the publication of an article related to the subject to emphasize one of the dilemmas that can arise when interpreting the results of the laboratory in these cases.
El CO, como todos sabemos, es un gas incoloro, inodoro e insípido, y debido a estas características organolépticas presenta una alta peligrosidad, ya que la víctima no percibe absolutamente nada a pesar de estar respirando en un ambiente con altas concentraciones de CO. Además no es un gas irritante, por lo que pasa totalmente inadvertido sin que sea posible percibir la enorme toxicidad que presenta. A estas intoxicaciones se le conocen como la muerte dulce, ya que el sujeto aunque puede presentar cierto malestar, con cefaleas, nauseas o vómitos, lo habitual es que comience con un estado de estupor, que si no se aleja del foco de emisión del gas, va a desencadenar una situación de obnubilación y coma que va a llevar al sujeto a la muerte.
CO, as we all know, is a colourless, odourless and tasteless gas, and due to these organoleptic characteristics it presents a high degree of danger, since the victim does not perceive anything at all despite breathing in an environment with high concentrations of CO. Moreover, it is not an irritant gas, so it goes totally unnoticed without it being possible to perceive the enormous toxicity it presents. These intoxications are known as sweet death, since although the subject may present a certain discomfort, with headaches, nausea or vomiting, the usual thing is that it begins with a state of stupor, which if it does not move away from the source of gas emission, will trigger a situation of obscurity and coma that will lead the subject to death.
Aunque los datos que les estoy presentando pueden resultar básicos para nuestros lectores, los cadáveres fallecidos como consecuencia de esta intoxicación van a presentar una coloración rosácea o roja, con livideces claras, y con la sangre fluida y de aspecto rojo claro. Entre las pruebas diagnósticas se puede medir en la sangre de los fallecidos directamente el CO o, lo que es más habitual, la carboxihemoglobina (COHb). Como todos saben, esta se forma de la unión del CO con la hemoglobina, que desplaza al oxígeno de la misma, ya que la hemoglobina tiene hasta 250 veces más apetencia por el CO que por el oxígeno. En todos los libros de texto se recogen unas tablas donde se consideran qué niveles de COHb son tóxicos y cuales son letales, y en casi todas coinciden que por encima del 60% de este compuesto en sangre, se establece una situación de coma, depresión respiratoria y muerte del sujeto.
Although the data that I am presenting to you may be basic for our readers, the corpses that have died as a result of this poisoning will present a pinkish or red coloration, with clear lividity, and the blood will be fluid and light red in appearance. Among the diagnostic tests, CO or, more commonly, carboxyhemoglobin (COHb) can be measured directly in the blood of the deceased. As everyone knows, this is formed from the binding of CO to haemoglobin, which displaces oxygen from it, as haemoglobin has up to 250 times more appetite for CO than for oxygen. In all the textbooks there are some tables where it is considered which levels of COHb are toxic and which are lethal, and in almost all of them it is agreed that above 60% of this compound in the blood, a situation of coma, respiratory depression and death of the subject is established.
Sin embargo, hay situaciones que debemos de tener en cuenta a la hora de interpretar estos resultados, y a ello hace referencia el artículo que les traigo hoy a nuestro blog, publicado en la revista Forensic Science en el pasado mes de Diciembre, titulado «Atherosclerotic and Hypertensive Cardiovascular Disease are Associated with Death at Sublethal Carboxyhemoglobin Levels: A Postmortem Study«. En él, los autores hacen una revisión de los fallecimientos por incendios y dividen a los fallecidos en dos grupos, por un lado un grupo control, jóvenes y sin patología cardiovascular (en concreto cardiopatía hipertensiva o arteriosclerosis) y otro grupo de fallecidos mayores y con estas patologías cardiovasculares. En el grupo control, la niveles medios de COHb entre los fallecidos era del 61´6%, mientras que en el segundo grupo, si el sujeto presentaba patología cardiovascular hipertensiva, bajaban los niveles en un 30%, si presentaban patología cardiovascular arterosclerótica bajaban en un 33% y si se combinaban ambas patologías bajaban estos niveles en un 41%. Es decir, podríamos interpretar que tan sólo un 20-30% de COHb en sangre podrían ser niveles letales. Si además se le añade el factor edad, aún descienden más dichos niveles, ya que, según los autores, cada 10 años podría descender dichos niveles hasta en un 2´8%.
However, there are situations that we must take into account when interpreting these results, and this is referred to in the article I bring you today to our blog, published in the journal Forensic Science last December, entitled «Atherosclerotic and Hypertensive Cardiovascular Disease are Associated with Death at Sublethal Carboxyhemoglobin Levels: A Postmortem Study«. In it, the authors review the deaths from fires and divide the deceased into two groups, on the one hand a control group, young and without cardiovascular pathology (specifically hypertensive cardiopathy or arteriosclerosis) and another group of older deceased and with these cardiovascular pathologies. In the control group, the mean COHb levels among the deceased were 61.6%, while in the second group, if the subject presented hypertensive cardiovascular pathology, the levels dropped by 30%, if they presented atherosclerotic cardiovascular pathology, they dropped by 33% and if both pathologies were combined, these levels dropped by 41%. In other words, we could interpret that only 20-30% of COHb in the blood could be lethal levels. If the age factor is also added, these levels would drop even further, since, according to the authors, every 10 years these levels could drop by up to 2.8%.
As we can see, on many occasions forensic medicine is not an exact science and we cannot strictly adjust to the tables or graphs presented in the books, but when it comes to interpreting some chemical-toxicological results, as is the case with carboxyhemoglobin, we will have to see what circumstances surround the case and what can modify these interpretations. As always, we will continue to be alert to new findings.
Como vemos, en muchas ocasiones la medicina forense no es una ciencia exacta y no podemos ajustarnos estrictamente a las tablas o gráficas que presentan los libros, si no que a la hora de interpretar unos resultados químico-toxicológicos, como es el caso de la carboxihemoglobina, habrá que ver que circunstancias rodean al caso y que nos pueden modificar dichas interpretaciones. Como siempre, seguiremos atentos a las novedades.
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