Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Nunca más?
Cuando pensamos en grandes catástrofes, o las tan mediáticas “catástrofes humanitarias”, a todos nos vienen a la cabeza situaciones como las vividas en el cuerno de África, Siria o los recurrentes desastres que periódicamente asolan el extremo más oriental de Asia.
Por otra parte, en nuestro medio, en la cómoda Europa, cuando se dan situaciones de catástrofe, generalmente se debe al estilo de vida actual, como accidentes en medios de trasporte colectivos, accidentes industriales o actos terroristas. Lejos quedan del imaginario colectivo situaciones como las anteriormente mencionadas en lugares del tercer mundo o países en vías de desarrollo.
Entonces, ¿qué nombre le ponemos a lo que está sucediendo en Ucrania? Si tenemos más o menos claro, que una catástrofe viene a ser según la definición más aceptada, obra de Rutherford, “un acontecimiento destructivo que causa muchas víctimas, generando un desequilibrio entre las necesidades y recursos sanitarios y que se produce en un corto período de tiempo»; los acontecimientos que están pasando en este país del este de Europa, a cinco horas de avión de España; deben ser considerados una gran catástrofe.
What name we can to put on the events that are happening in Ukraine?
When we think of major disasters, or «humanitarian disasters» all come to mind situations like those experienced in the Horn of Africa, Syria or recurring disasters that periodically plague the eastern edge of Asia.
Moreover, in our country, in Europe when disaster situations occur, usually due to current lifestyle as accidents collective means of transport, industrial accidents or terrorist acts. Gone are the collective imaginary situations like the aforementioned places third world or developing countries .
So what name we can to put on the events that are happening in Ukraine? If we have more or less light , which becomes a disaster as the most accepted definition , the work of Rutherford, » a destructive event that causes many victims , creating an imbalance between needs and health resources and that occurs in a short period of time » , the events that are happening in this country in Eastern Europe , a five -hour flight from Spain , should be considered a major catastrophe .
Desde nuestra cómoda posición (en comparación con el pueblo ucraniano, por supuesto), vemos diariamente como los noticiarios de prácticamente todos los medios de comunicación, abren sus espacios con noticias del colapso socio – político – económico del país con el segundo ejército más potente de la Europa geográfica. Y lo peor del caso, es que todo el enfrentamiento socio – político – económico, se está produciendo contra Rusia, que es el país poseedor del principal ejército europeo. No se ustedes, pero a quien hoy escribe estas líneas, el ambiente prebélico que se respira en las noticias diarias, le recuerda muchísimo a acontecimientos que se dieron el 1914 y se repitieron en 1939, en los que ansias expansionistas, terminaron convirtiendo la tranquila y apacible Europa en tableros de juegos de guerra muy reales y que terminaron con millones de víctimas.
Por otra parte, la globalización que hoy día vivimos en muchas de las áreas que en las dos guerras mundiales que sucedieron en el siglo XX, simplemente no existían, por razones sociales y tecnológicas, como son las comunicaciones y sobre todo la gran maraña de intereses económicos interconectados a países y a múltiples intereses geoestratégicos, hacen difícil que se repita una contienda bélica de la magnitud de las dos grandes guerras.
Pero, ¿qué tenemos en la calle de Ucrania? Resulta que la tensión política entre partidarios pro-rusos y por-europeos, está derivando a efectos prácticos en una cantidad indignantemente elevada de muertes (por no hablar de heridos) desde el inicio del presente año. Los efectos de estos eventos, no solo están desorganizando la estructura de la sociedad, sino que la está haciendo mucho más vulnerable, de modo que los normales dispositivos que desarrollan los países desarrollados para amortiguar los efectos de las catástrofes, terminarán por agotarse y entonces sí que estar4emos ante el caldo de cultivo apropiado para que la tensión prebélica que se respira en el ambiente, de lugar a un conflicto de grandes magnitudes. Posiblemente, la diplomacia, y los intereses comerciales, “encapsulen” el mal a modo de absceso para proteger dichos intereses y nos encontremos en la actualidad ante otro bochornoso episodio de guerra civil como el vivido en nuestra vieja y acomodada Europa como el vivido en la guerra de los Balcanes.
Desde luego, desde nuestra perspectiva (amplia-mente.com se escribe desde España), la situación creada tras una guerra civil, una dictadura y una transición hacia la democracia, hacen que en nuestro presente (a pesar de que pocos quedan de aquellos que vivieron la situación prebélica anterior a la Guerra Civil Española), exista un “respeto” colectivo a no pasar las rayas rojas de peligro, de modo que se hace inimaginable una catástrofe provocada por el hombre por causas bélicas.
En España, desde el punto de vista médico legal, las grandes catástrofes, sean naturales o provocadas por el hombre, vienen reguladas por el Real Decreto 32/2009, de 16 de enero, por el que se aprueba el Protocolo nacional de actuación Médico-forense y de Policía Científica en sucesos con víctimas múltiples. La finalidad del Protocolo nacional de actuación médico-forense y de Policía Científica en sucesos con víctimas múltiples consiste en regular la asistencia técnica a los jueces y tribunales para la identificación de los cadáveres y determinación de las causas y circunstancias de la muerte en este tipo de situaciones.
La actuación establecida en el Protocolo Nacional ante sucesos con víctimas múltiples se da en tres tiempos: fases preliminares al tratamiento de cadáveres y restos humanos, fase de tratamiento de cadáveres y restos humanos y fase de obtención de datos «ante mortem» en el área de asistencia a familiares. Quien hoy les escribe, ha tenido la suerte de no tener de que intervenir en sucesos que hicieran poner en marcha el protocolo, a pesar de haber vivido ya trabajando como médico forense, alguno de las últimos sucesos en los que por número de heridos y/o fallecidos, se ha desplegado el protocolo. Igualmente, no vivenciados en primera persona, han sido los hechos de nuestra reciente historia que precisamente dieron lugar al actual protocolo de actuación en sucesos con víctimas múltiples, como los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 o el accidente del avión de la compañía Spanair en el aeropuerto de Barajas (Madrid) el 20 de agosto de 2008.
Pero aunque en la memoria colectiva reciente, se encuentran estos hechos nombrados y todos aquellos que ya acaecieron una vez aprobado el protocolo de actuación, y nos parecen horrorosos, ¿se imaginan, estimados lectores, la magnitud de los sucesos que están sucediendo en Ucrania? No he podido resistir el impulso de escribir sobre esta atrocidad cuando esta mañana a primera hora conocía el devenir de los sucesos acaecidos estos tranquilos días festivos, en Odessa, donde parece que el valor de la vida humana se deprecia a la velocidad en que crecen las hostilidades. Y todo ello a poco más de cinco horas de avión.
Ante tamaña barbarie, estimados lectores, no se me ocurre la reflexión final para proponerles. Todo el artículo es una reflexión en sí mismo.
Tengan un buen día, al menos quien pueda.
Comments