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«Vapear» el cannabis: una nueva forma de uso



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A veces no se vapea lo que parece…

Continuando con el debate abierto por el Dr. Ramos hace unos días acerca del uso del cannabis con fines terapeúticos, nos queremos hacer eco de una publicación reciente que habla de una nueva forma de consumir estas sustancias, en concreto «vapear» el cannabis.

«Vapping» cannabis: a new way of use

Following with the debate opened by Dr. Ramos a few days ago about the use of cannabis for therapeutic purposes, we want to echo a recent publication that speaks of a new way of consuming these substances, specifically «vapping» cannabis.

Hace algunos años alertábamos sobre la posibilidad de que los cigarrillos electrónicos se estuviesen utilizando con fines diferentes a aquel para el que habían sido inventados, es decir, para fumar tabaco. Así en la entrada «El cannabis emergente» se alertaba de la posibilidad del uso en EEUU de algunos preparados para E-cigarrettes con determinados compuestos cannabinoideos sintéticos. En la misma línea, escribíamos el artículo «Cigarrillos electrónicos: nuevos usos» donde hacíamos hincapié en la progresiva expansión del uso de estos artilugios para consumir diferentes sustancias sintéticas como los SPICE o las catinonas sintéticas. En ambos artículos llamabamos la atención a las autoridades para que desde su posición de custodia vigilaran las preparaciones a la venta para el consumo humano.

A few years ago we warned about the possibility that electronic cigarettes were being used for purposes other than that for which they were invented, that is to say, to smoke tobacco. Thus in the entry «The emerging cannabis» was alerted of the possibility of the use in the U.S. of some preparations for E-cigarrettes with certain synthetic cannabinoid compounds. In the same line, we wrote the article «Electronic Cigarettes: New Uses» where we emphasized the progressive expansion of the use of these devices to consume different synthetic substances such as SPICE or synthetic cathinones. In both articles we called the attention to the authorities so that from their position of custody they supervised the preparations to the sale for the human consumption.

Sin embargo, hoy, dos años después de la alerta anterior, encontramos un artículo en la revista JAMA encontramos un artículo en OpenAccess titulado «Acute effects of smoked and vaporized cannabis in healthy adults who infrequently use cannabis«. En el mismo, los autores dan por hecho una nueva forma de consumir el cannabis y es mediante la vaporización. Los vaporizadores de cannabis calientan el cannabis seco o los extractos y/o resinas de cannabis concentrados, creando un aerosol o vapor inhalable. La vaporización está asociada con una exposición menos tóxica (ya que se evitan los hidrocarburos aromáticos policíclicos) en relación con los métodos tradicionales de fumar, lo que aumenta el atractivo del producto.

However, today, two years after the previous alert, we found an OpenAccess article in JAMA magazine entitled «Acute effects of smoked and vaporized cannabis in healthy adults who infrequently use cannabis«. In it, the authors take for granted a new way of consuming cannabis and it is through vaporization. Cannabis vaporizers heat dried cannabis or concentrated cannabis extracts and/or resins, creating an aerosol or inhalable vapour. Vaporization is associated with less toxic exposure (as polycyclic aromatic hydrocarbons are avoided) relative to traditional smoking methods, increasing the attractiveness of the product.

Lo que se plantean los autores es si el uso tradicional del cannabis (fumado) es más o menos peligroso que el actual uso (vaporizado). Para ello utilizan un grupo de 17 voluntarios, a los que tras una semana sin consumir, les administran diferentes dosis (10 o 25 mg) de THC (delta9-tetrahidrocannabinol). En sus resultados describen que el cannabis vaporizado produjo efectos farmacodinámicos cualitativamente más fuertes en la mayoría de los usuarios y mayores concentraciones máximas de THC en la sangre, en comparación con dosis iguales de cannabis fumado (dosis de 25 mg: fumado, 10,2 ng/mL; vaporizado, 14,4 ng/mL). Las concentraciones de THC en la sangre y la frecuencia cardíaca alcanzaron su punto máximo 30 minutos después de la administración de cannabis y volvieron a niveles basales en 3-4 horas. Varios efectos subjetivos de los fármacos y los deficitd cognitivos y psicomotores observados persistieron durante un promedio de hasta 6 horas.

What the authors are asking is whether the traditional use of cannabis (smoked) is more or less dangerous than the current use (steamed). To do this they use a group of 17 volunteers, who after a week without using, they administer different doses (10 or 25 mg) of THC (delta9-tetrahydrocannabinol). In their results they describe that vaporized cannabis produced qualitatively stronger pharmacodynamic effects in most users and higher maximum THC concentrations in the blood, compared with equal doses of smoked cannabis (25 mg dose: smoked, 10.2 ng/mL; vaporized, 14.4 ng/mL). Blood THC concentrations and heart rate peaked 30 minutes after cannabis administration and returned to baseline levels in 3-4 hours. Several subjective effects of the drugs and the observed cognitive and psychomotor deficits persisted for an average of up to 6 hours.

We don’t want to be doomsayers, much less sinning of arrogant when we tell them that we, amplia-mente.com, already warned them a few years ago. However, as we see now it confirms what was a suspicion. Do you plan to do something or will you continue to look the other way? We will continue to be alert.

No queremos ser agoreros, y mucho menos, pecar de prepotentes al decirles que nosotros, amplia-mente.com, ya lo avisó hace unos años. Sin embargo como vemos ahora se confirma lo que era una sospecha. ¿Piensan ustedes hacer algo o seguirán mirando para otro lado? Seguiremos atentos.

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