Abuelos en las inmediaciones de la Catedral de Burgos (España)
Ayer, publicábamos en el blog el artículo Detección precoz del deterioro cognitivo. En él, reflexionábamos sobre una serie de publicaciones que objetivan el hecho de una mayor presencia de trastornos del estado de ánimo y deterioro cognitivo en personas cuidadoras de enfermos de Alzheimer y otras demencias. Hoy, continuaremos repasando algunos temas en relación a las personas mayores en base a su especial vulnerabilidad.
AND ONLY DETECTION OF ELDER ABUSE
Yesterday, we published Early detection of cognitive impairment. In it, he reflected on a series of publications that aim at the fact that a greater presence of mood disorders and cognitive impairment in caregivers of Alzheimer’s and other dementias. Today, we will continue reviewing some issues relating to older people based on their particular vulnerability. We talk about the elder abuse.
Esta reflexión parte del hecho de que como colectivo vulnerable, está sujeto a una mayor probabilidad de ser víctimas de situaciones considerables como ilícitas. A nivel de episodios de actuación en las clínicas médico forenses de los Institutos de Medicina Legal en España (lugar desde el que escribimos el blog), no existe una estadística oficial unificada de todo el territorio español por la gran dispersión de administraciones autonómicas a las que los Institutos se encuentran adscritos, pero si les podemos comentar, que subjetivamente y por percepción personal, no hay una gran proporción respecto al total de casos de peritaciones de personas de la tercera edad por agresiones en su ámbito mas cercano. Evidentemente, por tanto, nos estamos refiriendo a la jurisdicción penal. Otro casi sería el número de episodios en la esfera civil, donde el porcentaje de reconocimientos médico forenses si es bastante importante en base a los casos de internamientos no voluntarios en residencias geriátricas o los casos de incapacitación civil. Hablaremos en otra ocasión de estas pericias en el orden jurisdiccional civil.
Y es que el tema del maltrato a ancianos, ya de por si debería tener una implicación judicial, pero ¿se están estudiando todos los casos reales? Evidentemente, la Justicia, mejor dicho sus administradores no son todopoderosos y no pueden investigar aquello que se desconoce. En amplia-mente.com, a tenor de las reflexiones que venimos ofreciendo en la parcela del blog que dedicamos a nuestros mayores, nos preguntamos si se deberían establecer a todos los niveles sociales una serie de mecanismos de detección de situaciones de maltrato a ancianos que por su especiales características no son capaces de solicitar a ayuda que si pediría una persona dotadas de todas las capacidades de autonomía personal.
En la entrada anterior a la presente, revelábamos en hecho de que en muchas circunstancias, la propia persona cuidadora de un anciano demenciado, presentaba patología de índole psiquiátrica en cuanto al estado de ánimo o a las propias capacidades cognitivas. Hoy, nos preguntamos, cual puede ser el porcentaje real de maltrato a ancianos que por su propia limitación cognitiva no pueden denunciar en el caso de que se viesen inmersos en una situación de maltrato en su ámbito mas cercano. Desgraciadamente, si un anciano que ostenta un diagnóstico de cualquier tipo de demencia, pregona a vecinos y familiares que está sufriendo cualquier situación anómala, lo primero que suele pensar el grueso de la sociedad es que “el abuelo chochea”, pero ¿y si es cierto?.
En un interesante artículo publicado en la publicación electrónica enfermería21.com, y que se titula Las actitudes de los cuidadores: un factor de riesgo de maltrato a los ancianos, se estudia el riesgo de maltrato al anciano en el caso particular de su relación con sus cuidadores y se concluyen dos factores principalmente implicados; por una parte la carga de trabajo percibida por el cuidador en relación al anciano y por otra la actitud y los prejuicios de ese cuidador hacia la persona mayor que atienden, siendo especialmente interesante el hecho de que ambas cuestiones (percepción de sobrecarga y prejuicios), se dan en mayor medida en cuidadores profesionales que en familiares. Los propios autores del artículo, ya advierten que los datos concluidos, deben ser tomados como orientación exploratoria, siendo necesarios otros estudios en profundidad, aseveración ésta que conceptualmente viene a coincidir con la hipótesis con la que iniciamos la presente reflexión, en la que afirmamos que por las especiales “incapacidades” personales de las presuntas víctimas de este tipo de maltrato, no llegan a ser estudiados estos casos por los médicos forenses de los Institutos de Medicina Legal.
Como hemos venido sosteniendo en anteriores artículos de amplia-mente.com, vemos imprescindible que las administraciones se impliquen en políticas de protección a un colectivo especialmente necesitado de protección como son las personas mayores, grupo etario que además se encuentra en franco crecimiento en base al envejecimiento de la población en países del mundo desarrollado. En definitiva, creemos que este tipo de episodios, no son de los mas numerosos en el ámbito médico legal, mas por falta de denuncias que por su inexistencia; y por tanto, pensamos que sería conveniente el diseño de planes estratégicos para la detección del maltrato en el anciano.
¿Qué opinan, estimados lectores?. Tengan un buen día.
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