amplia-mente.com
En el anterior resumen semanal “ampliando”, comentábamos que durante el resto del mes de diciembre teníamos al intención de adherirnos a una tendencia tradicional de la blogosfera en la que durante el mes de diciembre se “disminuye” el ritmo de producción de contenido. Siendo francos, hemos de comentar que el espíritu del blog es hacer un comentario de la actualidad médica en general y medico legal en particular, por lo que precisamente por esa bajada de publicaciones en este último mes del año, tampoco existen muchos artículos científicos que poner en relación a la actualidad social en que nos ha tocado vivir. En el caso concreto de amplia-mente.com, este periodo lo queremos aprovechar para “republicar” alguna de las primeras entradas de nuestra andadura en la Red, en la que nos limitábamos a enlazar con el archivo de turno pero sin hacer el comentario que caracteriza el momento actual de nuestro blog. Por supuesto, y precisamente siguiendo nuestra línea editorial, en el caso de que la actualidad diese alguna noticia que a nuestro criterio o al de ustedes, estimados lectores, mereciese una reflexión o debate, haríamos puntualmente una excepción al plan de publicaciones diseñado hasta final de año.
Sin mas dilación, pasamos a resumir lo que fue la semana de publicaciones de este espacio virtual de pensamiento bajo el prisma de la medicina legal. Viendo con perspectiva las cinco publicaciones ofrecidas, se puede notar las subáreas de la especialidad que apasionan a los autores del blog que no so otras que la patología y la psiquiatría forense respectivamente.
Del campo de la patología forense, traíamos de nuevo una visión de la fauna cadavérica cada vez mas en auge. En Entomotoxicología, ¿nos ayudan los insectos?, se analizaba un uso de los insectos que colonizan el cadáver para algo mas que su uso tradicional en la determinación de la data de la muerte. En e desarrollo del artículo, se desmenuzan los claroscuros de la utilización de los insectos en la determinación de los posibles tóxicos que hayan podido intervenir en la muerte de la persona cuando no es posible el uso de otras matrices biológicas o se quiere ampliar el estudio toxicológico. Veíamos las condiciones que se debían dar para considerar valido el estudio y que circunstancias lo invalidaban. Es un campo emergente que sin duda generará futuros e interesantes artículos.
También en el campo del estudio del cadáver y sus circunstancias, veíamos como existen otras técnicas en la investigación de la causa de la muerte. Virtopsias: autopsias por imágenes, nos muestra una técnica mas en dicho estudio que aunque no sustituye a la autopsia tradicional, si puede constituir una muy valiosa herramienta. Vemos como gracias al apoyo informático, se pueden calcular, recrear o “descubrir” circunstancias que en el estudio macroscópico visual de la autopsia tradicional sería casi imposible al ojo humano o tendría una gran carga de subjetividad según sea el patólogo valorador. Muy interesante campo de estudio que sin duda crecerá exponencialmente en un futuro a medio – largo plazo.
El último de los artículo publicados esta semana dedicado a la patología forense fue Cardiomiopatía de TakoTsubo en el que se mencionaba las características de la miocardiopatía de Takotsubo o miocardiopatía por estrés. Se analizaba su posible etiopatogenia y lo criterios diagnósticos y la necesidad de mas estudios al respecto y que a día de hoy se desconoce la autentica etiología del cuadro y sospechamos que tras un adecuado estudio por el patólogo se podrían explicar gran parte de aquellas autopsias que a día de hoy con las “artes tradicionales” vienen a resultar autopsias blancas en las que el patólogo forense tan solo puede asegurar la ausencia de causas violentas o sospechosas de criminalidad, pero no es capaz de diagnosticar la causa última de la muerte.
Respecto a los artículos que dedicaban sus líneas a la psiquiatría forense, nos encontrábamos ¿Real o simulado? En el que se volvía a analizar y reflexionar sobre el falseamiento de síntomas psiquiátricos en el ambiente judicial a fin de obtener ventajas ejecutivas o penitenciarias por parte de los imputados o condenados por la comisión de un delito. Se vio como incluso la simple sospecha de la posibilidad de un engaño en el diagnóstico psiquiátrico forense, llegaba a poder desvirtuar el mismo a pesar de que no existiesen interferencias reales en el proceso. Se analizó someramente también sobre como la simple presencia de una enfermedad mental real, no necesariamente suponía una merma en la consideración de la responsabilidad penal.
Indirectamente relacionado con la psiquiatría forense pero también en relación con la toxicología, traíamos de nuevo Aprendizaje neuronal y consumo de cocaína, artículo en el que se exponían una serie de estudios que explicaban los cambios en la plasticidad neuronal que produce la cocaína desde sus primeros consumos y que explican los cambios comportamentales que impulsan al individuo a seguir intoxicándose. Se puso en relación tal circunstancia una vez mas con la modificación de la responsabilidad penal en base a las circunstancias de intoxicación plena y/o grave adicción y como el estudio de los cambios plásticos mencionados, pueden llegar a ser un rama de doble filo en el estudio de la imputabilidad penal por razones médicas.
Eso ha sido todo, estimados lectores, esperamos que la semana que termina haya sido propicia para todos y que hayan encontrado de su agrado las publicaciones ofrecidas en el cambio editorial temporal reseñado al inicio del presente resumen. Tengan un buen fin de semana.
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