Precioso dibujo de Ramón y Cajal en el que se representan las dendritas neuronales
Neuronal learning and cocaine.
También en nuestros inicios, que ahora retomamos durante este mes de diciembre, nos referimos a una de las lacras sociales mas importantes del siglo XX y lo que llevamos de recorrido en el s.XXI y que no es otra cosa que la adicción a sustancias estupefacientes. En el artículo que hoy traemos a revisión, titulado La cocaína “enseña” al cerebro a seguir consumiendo, se animaba a ustedes, estimados lectores, a reflexionar sobre los motivos que llevan a una persona a crear una dependencia a drogas y el por qué de la necesidad que se produce tras el consumo de las primeras dosis de estupefacientes.
Existen multitud de trabajos al respecto del origen de las adicciones. Existen publicaciones desde múltiples disciplinas y dentro de cada una, teorías dispares según el paradigma desde el que se plantee el problema. Biología, medicina, psicología, sociología, antropología, etc., plantean la etiología de las adicciones, pero lo cierto es que una vez establecidas, de cara a la persona víctima de este problema, se trata de un problema médico con implicaciones sociales y judiciales, bien directas por los posibles delitos contra la salud pública que puedan originar, o bien de manera indirecta por las consecuencias comportamentales que pueden darse bajo el influjo de su consumo o debido al síndrome de abstinencia que puedan provocar las mismas.
En el artículo que repasamos hoy, se ofrecía un interesante enlace a un trabajo publicado en agosto de este año en la revista Nature Neuroscience en el que se sostenía que el consumo de cocaína producía una serie de cambios estructurales en el cerebro, consistentes en un aumento en la formación y en el número de las espículas dendríticas en las neuronas integrantes de los circuitos cerebrales relacionados con la memoria y aprendizaje y con la toma de decisiones del individuo. Según demuestran experimentalmente los autores del artículo, a mayor número y densidad de estas espículas dendríticas neoformadas, mayores comportamientos de consumo presentaban los animales de laboratorio sometidos a estudio. Vemos pues como se abre una vía de respuesta a la etiología de la adicción a drogas y al iniciarse esta vía de demostración de la base orgánica que explica los cambios en la plasticidad neuronal en las drogodependencias; nos encontramos con nuevas perspectivas en el tratamiento y prevención de adicción a sustancias estupefacientes.
Desde el punto de vista médico legal, se abre un interesante debate al respecto. Evidentemente el estudio presentado esta en fases incipientes y todavía solo objetivado en sujetos animales. La extrapolación a seres humanos se habrá de hacer con suma cautela y tras ello, será preciso meditar sobre la influencia de estos descubrimientos en la consideración de la responsabilidad penal de los individuos que delinquen, directa o indirectamente, en relación con el consumo de drogas. La intoxicación plena, o la grave adicción son factores que pueden modificar la responsabilidad penal por si mismas, lo que quiere decir que ya a día de hoy son contempladas para tal fin. Sería interesante con la línea de investigación iniciada que en un futuro, se pudiesen objetivar con las pruebas de imagen descritas en el artículo enlazado, las adicciones de aquellos presuntos delincuentes que alegan que cometieron los hechos ilícitos bajo el influjo de la necesidad de volver a consumir.
¿Que opinan, estimados lectores?, ¿llegará el día en que sean usadas determinadas pruebas para poder asegurar sin ningún género de dudas la adicción de un imputado en unas diligencias judiciales? Una vez diagnosticados los cambios en la plasticidad del cerebro, ¿constituirán una patente de corso para la impunidad de determinados sujetos en Juzgados y Tribunales?. En amplia-mente.com, estamos convencidos que este avance será enormemente útil, pero no dejará de ser una herramienta mas en el arsenal diagnóstico del médico forense. Seamos francos; siempre será el perito médico el que tenga que poner en relación, con todas las pruebas complementarias posibles y existentes, el presunto delito cometido con la patología que alegue el imputado.
Tengan un buen día, estimados lectores.
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