Web superficial/Web profunda
We went down and stayed there…
Hoy, y a modo de “final de temporada”, el autor de estas líneas escribirá de algo un poco distinto a lo habitual. Hemos aprovechado el mes de diciembre para hacer coincidir la disminución en novedades médico legales publicadas, con una republicación de aquellos artículos que fueron escritos durante nuestra primera época, adaptándolos al espíritu editorial por el que nos hemos regido en los últimos meses. Ustedes, estimados lectores, mediante su amable feedback, sobre todo a nivel de redes sociales, nos han ido guiando en la maduración del manual de estilo que ha ido adoptado el blog, y era justo hacer pasar por ese mismo rasero los primeros artículos publicados. Todo, afortunada o desgraciadamente, llega a su fin. Y hoy es el penúltimo día de repasos antes mencionado, por lo que quería aprovechar para comentar algo que se nos antoja que será otro de los frentes de batalla (en realidad, ya lo es) de la lucha contra ciertos ilícitos penales. Como verán en las líneas siguientes, la entrada de hoy no versa sobre medicina, sino sobre el uso de ciertas herramientas informáticas, visto tal uso a través del prisma de un médico que tan solo ejerce en la escritura de esta reflexión como ciudadano que tampoco puede dejar de lado su enfoque profesional.
Nos estamos refiriendo a la utilización de Internet como herramienta en actividades catalogadas como delictivas en nuestro ordenamiento jurídico. Ya se introdujo el tema en los artículos El mercado de la droga se amplia, Silk Road, Black Market, Sheep Marketplace… y El lado oscuro de la red, Internet como arma de doble filo. En ellos, se habló del gran avance que ha supuesto Internet, pero también de la “oscuridad” que se cierne sobre ciertos sectores sociales no preparados madurativamente para el afrontamiento de una oferta (de todo tipo) de actividades ilícitas normativamente y de dudosa o nula moral.
Pero todo esto, ya escrito, no dejaban de ser meras conjeturas y referencias a algo ya mencionado por terceras personas. Había que bajar y ver, hacer aquello que conceptúa la palabra autopsia, es decir, ver con los propios ojos. ¿Cuan fácil es navegar por la Deep Web o la Internet profunda?. Hemos de decir que mucho, consciente o inconscientemente todos lo hacemos a diario sin que por ello signifique que estemos cometiendo un delito o ningún acto moralmente reprobable. Tiene su explicación, empecemos por la base.
Deep Web o Internet profunda (o invisible), no es mas que aquella parte de la Red no indexada por los grandes buscadores. Así de sencillo. La pregunta que surge es ¿y por que no se indexa?, Existen múltiples razones, unas ilegales y/o inmorales, y otras no. La Deep Web es una zona de la Red, usada en muchos casos como terreno privado en el que su propietario quiere o necesita privacidad y/o confidencialidad. En este caso pueden estar múltiples datos gubernamentales, policiales, militares, etc. Vemos que este uso no es ilícito o inmoral, simplemente no se ve, porque sus gestores consideran que se ofrece información que debe ser confidencial. En otros casos, es usada esta parcela de Internet por parte de elementos disidentes en países donde existen delitos de conciencia o una falta de libertad de tipo dictatorial y la transmisión de determinados contenidos, generalmente en contra de sus respectivos gobiernos, puede estar perseguida. Vemos entonces un uso localmente ilegal, pero según el punto de vista, lícito moralmente. También nos encontramos zonas de la Deep Web, que lo son por motivos técnicos. Existen páginas web totalmente legales que no son indexadas por los robots de búsqueda porque no resulta práctico, requeriría muchos recursos y en definitiva, no les merece la pena. Ejemplo de este concepto es la base de datos del diccionario de la RAE, o todas aquellas páginas protegidas por contraseña. Al no poder entrar el buscador, no se indexa y por tanto, pertenecen técnicamente a la Internet invisible o profunda.
Hasta ahora, no estamos exponiendo mas que una serie de reflexiones que son aparentemente obvias, y es que lo son, pero son precisas para tratar “ese otro aspecto” de la Deep Web. Por la estructura ya explicada, es el terreno propicio para que se desarrollen actividades ilícitas que pueden ir desde un grado superficial de ilegalidad hasta las mas abyectas facetas oscuras del Ser Humano. Llegados a este punto, es preciso puntualizar que no se expondrán aquí los modos de “bucear” en esta zona de las profundidades. Cada cual, es libre de buscar si su curiosidad a ello le lleva. Entendemos, que por desgracia, los actos catalogados dentro de la “maldad humana” siempre van a ir un paso (o mas) por delante de aquellos encargados de perseguirla, pues no se puede combatir aquello que no existe o se desconoce. Es por ello, que tarde o temprano, todos aquellos que de una forma u otra tenemos que trabajar en la lucha contra determinados tipos de conductas humanas, nos tendremos que “zambullir” en las cloacas de la Deep Web que insistimos, no es mas que una realidad que ni es buena, ni mala. Esta distinción (como casi siempre), se hará en virtud del uso que se le de.
En esta bajada, existen varios niveles de profundidad. A mayor profundidad, mayor necesidad de escondite tiene el contenido allí depositado, con lo que a buen entendedor… Para esta exploración, evidentemente se necesitan una serie de herramientas específicas sin las que tan solo “rascaremos” la superficie de la profundidad de Internet. Una vez conseguidas esas herramientas (que por su naturaleza de herramientas, no son difíciles de conseguir), nos encontramos un mundo de páginas que naturalmente no están indexadas y aquellos que allí moran se facilitan unos a otros a fin de garantizar la perpetuidad de ese ecosistema. ¿Y que nos encontramos?.Dicho de una manera directa y sencilla,… de todo. Desde descargas de archivos sujetos a derechos de autor (cuya descarga está migrando a estos lares por la persecución policial a las páginas de descarga ilegal de la Web superficial), a contenidos políticos disidentes, manuales e instrucciones referente a temática relacionada con el terrorismo urbano, terrorismo a secas, anarquía, etc., o mucho contenido sexual altamente perseguido como la pedofilia o profundamente denostado socialmente como necrofilia, coprofilia o zoofilia. También, nos encontraremos venta de productos ilegales como drogas, armas o servicios como sicarios y en una vuelta de tuerca mas, imágenes de homicidios, violaciones o cualquier otro acto de degradación humana. Debemos dejar claro, que no hemos llegado a entrar en los enlaces ofrecidos en ese mundo mas allá de comprobar que eran enlaces válidos (que funcionaban), pero desgraciadamente, no fue complicado encontrarlos, y lo peor del caso se pudo observar que aquellos que comentaban o solicitaban enlaces al respecto, tenían muy claro la ilicitud de tales acciones y el sufrimiento que generaban. Se puntualiza este ultimo particular, porque se nos antoja que no ha de pasar mucho tiempo hasta que empecemos a evaluar en los Institutos de Medicina Legal sobre las bases psicobiológicas de la imputabilidad penal de estos individuos que circulan por estas profundidades de la Red. La dificultad será la demostración de este tipo de actos en base a la naturaleza técnica de la Deep Web.
Como ven, no hemos hablado hoy de medicina, sino de la naturaleza humana. Tampoco hemos difundido la manera de bajar a las profundidades, ni animado a hacerlo. Desgraciadamente, la “oscuridad y profundidad” mencionada, nos irá tocando cada vez mas en nuestra “cómoda y luminosa” superficie. ¿Estamos preparados para afrontarlo? Desde luego amplia-mente.com no puede sino animar, felicitar y dar las gracias a los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, porque nos consta que muy a su pesar, tienen que “bucear” en estas aguas profundas y oscuras, y créanme, estimados lectores, no es algo deseable para nadie que no busque este tipo de “maldad”.
Tengan un buen año. Les emplazo a comenzar con nosotros, la semana que viene, nuestra nueva temporada. Sean felices.
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