Simbolo de bioseguridad
Biosafety considerations for autopsy practice.
La realización de cualquier trabajo lleva consigo la posibilidad de sufrir una lesión o daño, de forma directa o indirecta, derivado de dicha actividad laboral. La única forma de disminuir la gravedad de dicho daño es extremar las medidas de prevención del riesgo que se presenta.
En España la legislación vigente en esta materia queda recogida en la Ley 31/1995 de 8 de Noviembre de Prevención de Riesgos Laborales, donde se recoge que “la prevención es el conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas en todas las fases de la actividad de la empresa con el fin de evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo». Así mismo se recogen otras definiciones interesantes para nuestro trabajo diario, así se define el concepto de riesgo laboral, que se dice que es “la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del trabajo”. La intensidad de la gravedad del riesgo dependerá de la probabilidad de que se presente el daño y del alcance del daño causado. Así mismo se consideran daño derivado del trabajo, “las enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo u ocasión del trabajo”.
The performance of any work involves the possibility of injury or damage, directly or indirectly derived from such work activity. The only way to reduce the severity of that damage is extreme risk prevention measures. In Spain the legislation in this matter is contained in Ley 31/1995 de 8 de Noviembre de Prevención de Riesgos Laborales, where it is stated that «prevention is the set of activities or actions taken or planned in all phases of the activity company in order to avoid or reduce risks arising from work «. As stated in this law, is mandatory to perform an analysis of the risks in each position and develop a prevention plan and action in case of accidents. Among the preventive measures include the use of personal protective equipment (suitable gloves, glasses, safety masks, gowns and shoes, etc.), the technical characteristics of the facilities where they practice autopsies, vaccination of staff at risk and especially and fundamentally should formative and informative training courses for staff at risk know what these risks are and how to act in front of them in a timely and in accidents which is the mode of action in each times. Both in conducting risk map as prevention plans at any time should have personnel is exposed, so it should be to promote training courses for staff. But all this now absent and we who are the major stakeholders and affected should be the first to be consulted, which as always the public forgets.
Las condiciones del trabajo, se definen como “cualquier característica del mismo que pueda tener una influencia significativa en la generación de riesgos para la seguridad y la salud del trabajador”. Esto incluye las características de los locales, instalaciones, equipos, productos y demás útiles existentes en el centro de trabajo, la naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos presentes en el ambiente de trabajo y sus correspondientes intensidades, concentraciones o niveles de presencia. Los procedimientos para la utilización de los agentes citados anteriormente que influyan en la generación de los riesgos mencionados y todas aquellas otras características del trabajo, incluidas las relativas a su organización y ordenación, que influyan en la magnitud de los riesgos a que esté expuesto el trabajador. Entendiéndose como equipo de trabajo, “cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación utilizada en el trabajo”. Y se definen como Equipos de Protección Individual, “cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que pueden amenazar su seguridad o su salud en el trabajo, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin”.
Por otro lado en el RD 664/1997 de 12 de Mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo, se definen los riesgos biológicos a los que están expuestos los trabajadores, la vía de transmisión de dichos agentes y se recoge un listado con todos los posibles microorganismos que pueden ser susceptibles de ocasionar una enfermedad asociada a la actividad laboral. También se recogen las medidas preventivas para evitar esta exposición.
Viene el artículo de hoy a colación de lo publicado por la Journal of Forensic Science, en su versión on line, donde se recoge un nuevo método para la restauración cadavérica tras la autopsia, «A safer method for body restoration following autopsy». En él un grupo de trabajo australiano describe como hasta ahora aquellas autopsias en las que era conocida la presencia de infecciones por HIV o por VHC, tras la práctica de la autopsia, el cadáver quedaba sin cerrar debido al alto riesgo de sufrir heridas punzantes por parte del auxiliar de autopsia durante dichas maniobras, lo que conllevaba la posibilidad de un contagio directo por estos microrganismos. El dejar estos cadáveres abiertos era muy traumático para la familia, sobre todo si estos querían ver el cadáver. Refiere los autores que han intentado múltiples métodos para el cierre de estos cadáveres (grapado, sellado con adhesivos de contacto, con cintas adhesivas) pero todos eran engorrosos y no solucionaban el problema, ya que en muchas ocasiones el cadáver volvía a abrirse. Lo último que han probado, y al parecer han conseguido un resultado aceptable ha sido la realización de los orificios para el cierre del cadáver en el plano de corte con una máquina, que en Españase conocería como remachadora, sin colocarles los remaches. Con esta máquina conseguiríamos hacer los orificios en la piel del cadáver y a continuación con una sonda roma con el hilo se pasaría por los orificios. El resultado final que presentan en el artículo no se diferencia prácticamente de los resultados que se obienten con la técnica habitual utilizada hasta hoy, con agujas e hilo. Sin embargo se reduciría el riesgo de posibles punciones en el auxiliar en un 100%, evitándose por tanto todo el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas que puedan estar presentes en el cadáver. Aunque parece un método grosero e imaginativo, parece ser que cumple con el objetivo fijado, que no es otro que la protección del trabajador.
Durante la práctica de la autopsia los principales riesgos a los que nos enfrentamos se pueden clasificar en: contaminación por agentes biológicos, contaminación por agentes químicos, lesiones por radiación, lesiones traumáticas y lesiones eléctricas.
Entre los agentes infecciosos más frecuentes en los contagios al personal trabajador de las autopsias, y dependiendo de la vía de entrada, destacan los Mycobacterium, sobre todo el tuberculoso, los virus que son origen de la hepatitis como el Virus hepatitis A, el VHB, el VHC o el virus hepatitis D, el Virus de inmunodeficiencia Humana (VIH origen de la enfermedad del SIDA), bacterias como el Staphylococo, el Streptococo, determinadas infecciones gastrointestinales, síndromes respiratorios agudos severos y determinadas encefalopatía espongiformes ocasionadas por priones o proteínas priónicas.
Entre los agentes químicos que con mayor frecuencia pueden producir una contaminación del trabajador destaca por encima de todos el formaldehído, utilizado en las conservaciones de muestras para histopatologia o en la conservación de cadáveres.
Según se recoge en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, es obligatorio realizar un análisis de los riesgos en cada puesto laboral y elaborar un plan de prevención y actuación en caso de accidentes laborales. Entre las medidas de prevención destacan la utilización de los equipos de protección individual (guantes adecuados, gafas protectoras, mascarillas de seguridad, bata y calzado, etc), las características técnicas de las instalaciones donde se practiquen estos trabajos, la vacunación del personal en riesgo y sobre todo y de manera fundamental se deben de promulgar cursos formativos e informativos para que el personal en situación de riesgo conozca cuales son estos riesgos y como actuar frente a ellos de forma preventiva y en caso de accidentes cual es el modo de actuación en cada momento. Todo esto queda recogido en el «Manual de Tanatopraxia y Tanatoestética» publicado por mí a principios de este año en la editorial Gasset.
Tanto en la realización del mapa de riesgos, como de los planes de prevención, en todo momento se deberían contar con el personal que se encuentra expuesto, así mismo se deberían de promover los cursos formativos para el personal. Sin embargo todo esto en la actualidad brilla por su ausencia y nosotros que somos los principales interesados y afectados deberíamos ser lo primeros en ser consultados, cosa que como siempre la administración pública olvida.
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